sábado, 18 de agosto de 2012

El Tráfico de armas y Partido Terrorista Sendero Luminoso

El Tráfico de armas y Partido Terrorista Sendero Luminoso

Que opina? La Central: Artemio encerrado con Abimael y Vladi - 28/02/2012 20:06:00

" Tras fase de interrogatorio en la Dircote, fue recluido en la base naval donde además purgan condena otros cabecillas terroristas como ""Feliciano"" (SL), Polay, Rincón Rincón y Cárdenas Schulte (MRTA)
Tras sembrar durante 24 años terror y miedo en el Huallaga, donde fue autor de crímenes atroces contra civiles, policías y magistrados, el delincuente terrorista ""camarada Artemio"" fue internado ayer en la Base Naval del Callao, en el mismo centro de reclusión donde purga cadena perpetua el ex cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.
Florindo Eleuterio Hala, último integrante de la cúpula de Sendero Luminoso, abandonó en horas de la tarde la sede de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), de la avenida España, donde fue interrogad.
El Inpe dispuso una ambulancia GOES para el traslado del terrorista, quien -como se recuerda- fue herido de bala en abdomen y manos durante el operativo de inteligencia policial que permitió su captura en Tocache el pasado 12 de febrero.
El traslado se efectuó en medio de un gran despliegue policial que incluyó la movilización de francotiradores apostados en los techos de la Dircote.
La policía tuvo que restringir el tránsito vehicular por unos minutos por las avenidas España y Alfonso Ugarte. Asimismo, se suspendió el servicio del Metropolitano.
Decenas de curiosos se apostaron en las inmediaciones de la sede policial para presenciar el operativo.
""Artemio"" salió rumbo a la base militar en un vehículo del Inpe, por lo que no pudo ser visto. Llegó a la 1:25 de la tarde en medio de estrictas medidas de seguridad.
El delincuente terrorista quedó recluido en una celda aislada en la Base Naval, cuya administración está en manos del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe).
""Artemio"" estará reckluido en el mismo lugar donde cumplen condena cinco cabecillas terroristas (dos de ellos de su mismo movimiento) y el ex asesor presidencia Vladimiro Montesinos, condenado por tráfico de armas.
Además de Abimael Guzmán Reynoso, Oscar Ramírez Durán, ""Camarada Feliciano"", es otro de los cabecillas de Sendero Luminoso que cumplen condena en dicha base militar, según informó el Inpe.
También se encuentra allí Víctor Polay Campos, Miguel Rincón Rincón y Peter Cárdenas Schulte, cabecillas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
CADENA PERPETUA
En horas de la mañana, Florindo Eleuterio Hala fue denunciado por la Cuarta Fiscalía Supraprovincial por los delitos de terrorismo agravado, tráfico ilícito de drogas y lavado de activos.
El último mencionado fue incluido en la denuncia, pero con la salvedad de que será sustentado una vez que se haya sentencia de los dos delitos anteriores.
El fiscal confió en que el subversivo sea condenado a cadena perpetua.
Antes de su traslado, ""Artemio"" fue interrogado unos minutos por el titular del Tercer Juzgado Penal Supraprovincial, Manuel Loyola, y el fiscal Marco Guzmán Baca.
También llegó a la Dircote el jefe del Inpe, José Luis Pérez Guadalupe.
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Sendero Luminoso

Es Noticia, El manejo de la transición (7). Estados Unidos: un aliado incómodo - 20/10/2011 0:07:51

"Artículo originalmente publicado en DEBATE N°111, setiembre-octubre 2000
A pocos días de la publicación del primer vladivideo, difundido en setiembre del 2000, el Perú estaba sumido en uno de los momentos más críticos de toda su historia. El entonces presidente Alberto Fujimori se vio en la necesidad de convocar a elecciones generales en las que aseguró que no participaría. En ese contexto de incertidumbre, la revista DEBATE convocó a un conjunto de expertos para que analizaran la situación actual y opinaran sobre cómo debería conducirse la transición hacia nuevas elecciones y un gobierno más democrático.

Ya publicamos los artículos del abogado y ex primer ministro Alfonso de los Heros; del analista político Francisco Guerra García; del constitucionalista Pedro Planas; del abogado y actual ministro de Justicia, Francisco Eguiguren Praeli;y de los analistas Martín Tanaka y Santiago Pedraglio.

A continuación publicamos el texto del analista internacional Luis Jaime Cisneros Hamann, quien describe la relación de Estados Unidos con Alberto Fujimori durante su régimen.

Estados Unidos: un aliado incómodo. El tinglado internacional
Estados Unidos ha resuelto la primera parte de la crisis política que vive el Perú. La intervención de Washington fue decisiva para la caída en desgracia de Vladimiro Montesinos. Está por verse si ello significará la pérdida total de la influencia que él ejercía detrás del poder. Sin la cooperación de Estados Unidos, no hubiese sido posible zafarse del hombre topo que ellos mismos contribuyeron a colocar en el entorno del presidente peruano, Alberto Fujimori.
Este año, la presión de Estados Unidos porque se realizaran elecciones transparentes puso en la vitrina internacional el interés de la administración Clinton por sacarse limpiamente del camino a Fujimori. La aparente resignación con que Washington asumió su derrota en la OEA, en julio pasado, cuando la comunidad latinoamericana no lo acompañó en sus exigencias de sanciones para Lima, cobró una vigorosa energía cuando estalló el escándalo del tráfico de armas a las guerrillas colombianas.
En menos de dos semanas, entre el 10 de setiembre y el 21 de agosto ,cuando Fujimori, alentado por Montesinos, hizo un papelón internacional al denunciar el descubrimiento de una supuesta mafia internacional que vendió 10,000 fusiles Kalashnikov,, Washington decidió que la suerte del régimen peruano estaba echada si es que no se producían cambios drásticos. Para Estados Unidos quedó meridianamente claro que, detrás del tráfico de armas, estaban los militares peruanos, y que reforzar militarmente a las FARC de Colombia era una manera clara de oponerse al Plan Colombia, eje de la política regional de Washington. Durante los últimos meses, Fujimori, aconsejado por el propio Montesinos ,y quién sabe si éste, a su vez, por la CIA,, se había convertido en claro detractor del Plan Colombia.
La charla en Nueva York entre Fujimori y Madeleine Albright, Secretaria de Estado de Estados Unidos, calentó las aguas. El resto es parte de una historia que aún no termina. El solo hecho de que Clinton no haya recibido a Fujimori en su reciente e imprevisto viaje a Washington ,adonde se dirigió, entre otras cosas, para convencer a Estados Unidos de que la transición tiene que ser dirigida por él, muestra lo dependiente que se ha vuelto quien hasta hace sólo unos meses parecía ser, junto con su colega venezolano Hugo Chávez, un outsider regional de la política hemisférica trazada por Estados Unidos.
El interés de la administración Clinton es que la transición peruana no sea traumática ni derive en una salida militar a la ecuatoriana, lo cual generaría inestabilidad en la región justo en medio de las elecciones en tierra del tío Sam.
Todos piensan que Fujimori es, hoy en día, un mandatario muy debilitado y golpeado, con una cúpula militar que lo tiene atado de manos negociando su salida. No queda claro si Estados Unidos pondrá todos los huevos en la canasta para lograr que el actual presidente peruano llegue a julio del 2001. Y todo parece indicar que, sea quien sea el ganador de las elecciones ,Al Gore o George W. Bush,, la posición norteamericana no variará respecto a lo que está haciendo ahora la administración demócrata.
En todo caso, a lo largo de esta década Fujimori ha sido un aliado incómodo para ellos. Eficaz y eficiente en cuanto a su cooperación en la lucha contra el narcotráfico, devino, sin embargo, en el malo de la clase en otras áreas de la política exterior estadounidense: democracia y derechos humanos. El palmarés de Fujimori dividió incluso a la administración Clinton.
Una mirada hacia atrás
Desde que Fujimori apareció en escena por vez primera en 1990, Estados Unidos lo recibió con cierta desconfianza. Ese año, en medio de la sorpresa general, este desconocido ingeniero agrónomo de origen japonés derrotó al candidato favorito de la comunidad internacional, el escritor Mario Vargas Llosa. En aquel momento, en los círculos de la administración de George Bush predominaba la inquietud acerca del papel que podría desempeñar Tokio en el futuro gobierno de Fujimori.
La incertidumbre y la sorpresa fueron creciendo conforme Fujimori daba sus primeros pasos. Contra la costumbre generalizada de los mandatarios latinoamericanos de efectuar una visita a Washington para exponer los lineamientos generales de su plan de gobierno, uno de los primeros viajes del electo mandatario peruano fue a Tokio.
En tierra de sus antepasados, Fujimori fue recibido como un héroe. Los contactos privilegiados de Tokio con Lima desataron la hipótesis de una ofensiva japonesa por el control de la región. La hora de la gimnasia mental se inició. En medio de la borrachera electoral, Fujimori había prometido inversiones niponas por un monto cercano a los 3,000 millones de dólares.
Washington movilizó piezas y recibió el mensaje de Tokio de que no había razón para preocuparse, a pesar de la pertinaz apuesta por el Asia de las nuevas autoridades peruanas y de la admiración de éstas por los modelos de democracia autoritaria con apertura de mercado, como el caso de Corea del Sur, adonde Fujimori llegó en su período 1990-92.
La respuesta que el Japón dio a inicios del segundo semestre de 1990 tranquilizó a Estados Unidos, que ya había movilizado sus piezas para colocar en el entorno de Fujimori a hombres cercanos a sus ideas de mercados abiertos y democracia. Éste, por su lado, comprendió la necesidad y el beneficio que obtendría si coordinaba con Estados Unidos determinadas políticas.
Washington definió su política exterior como una mesa de cuatro patas: democracia, derechos humanos, medio ambiente y narcotráfico. De las cuatro, Fujimori demostró resultados concretos en el tema de las drogas, donde contó con el asesoramiento de un hombre providencial para él en medio de la coyuntura de incertidumbre que rodeó los meses iniciales de su primer gobierno: Hernando de Soto.
El economista peruano no sólo le abrió las puertas de los círculos del poder en Washington ,donde gozaba de prestigio entre los republicanos, sino que contribuyó de manera decisiva a orientar su visión económica hacia una política de mercados abiertos y, sobre todo, a darle patente internacional a su publicitada estrategia contra el tráfico de drogas. De Soto se convirtió en un socio clave para exhibir en Estados Unidos los éxitos de la lucha peruana contra el narcotráfico.
Debido a su carácter autoritario, Fujimori hizo tabla rasa del resto de temas. Este rasgo de la personalidad del presidente peruano fue aceptado de mala gana en algunas instancias del gobierno de Estados Unidos. Es oportuno recordar que los norteamericanos formulan su política exterior sobre la base de varios criterios elaborados por el Congreso, el Departamento de Estado, el Pentágono y la Casa Blanca, y no todos éstos coinciden necesariamente. Esta complejidad benefició a Fujimori pues, en muchos casos, Estados Unidos pasó por alto atropellos a los derechos humanos debido a lo que, en círculos del poder, se llama con pudor "comprobada eficiencia" en la lucha contra las guerillas y el terrorismo.
Paralelamente al ingreso de De Soto al entorno presidencial, otro personaje acaparó y monopolizó la privilegiada oreja presidencial. El abogado y ex militar Vladimiro Montesinos, quien desde los setenta era señalado como un presunto colaborador de la CIA. Desde su muy privilegiada posición, Montesinos le vendió a Fujimori, a partir de 1990, la idea de que, para sacarse del camino a la oposición y poder enfrentar a los movimientos subversivos, era necesario un autogolpe.
Así, con el visto bueno de la inteligencia de Estados Unidos, el gobierno peruano empezó a deslizar la hipótesis de que el país corría el riesgo de convertirse en una Camboya latinoamericana debido a las supuestas semejanzas entre los métodos violentos de Sendero Luminoso y el Khmer Rojo del sanguinario Pol Pot. Para ello, el régimen no escatimó recursos ni presencia en foros, y ,para justificar luego el autogolpe, sobreestimó a los efectivos senderistas con el fin de trazar un cuadro sombrío para el país y la estabilidad regional.
El 5 de abril de 1992 llegó a Lima Bernard Aronson, subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos. Tan pronto desembarcó del avión y se enteró del golpe, Aronson dio medio vuelta y regresó a su país. En su portafolio traía una propuesta de la administración Bush para hacer viable una estrategia de lucha contra Sendero que contaría con apoyo externo.
Como se sabe, ése no era el punto central del golpe de Fujimori. La intención era compartir el poder con las Fuerzas Armadas tras acabar con las guerrillas. En esa ocasión, Washington presionó a la OEA, pero al final le perdonó la vida a Fujimori. Esta vez no pestañeó.
Según diplomáticos y analistas, la directa participación de Montesinos en el sabotaje a la democracia peruana y su papel en el caso del tráfico de armas convencieron a Washington de que era hora de cortarle el hilo.
A pesar de toda la presión ejercida por Washington, no queda claro aún cuán dispuesto está Estados Unidos a contribuir con el refuerzo de la democracia peruana, anteponiendo sus propios intereses de política nacional como la lucha contra el tráfico de drogas. Algunos analistas subrayan que la administración de Bill Clinton optó por priorizar las cifras y los resultados antidrogas en lugar de exigir, a su debido tiempo, la partida de Montesinos. Es decir, le dieron rienda suelta a su hombre en Lima hasta que éste se les fue de las manos, como presuntamente ocurrió en el caso del trafico de armas.
Es en ese momento cuando la CIA le cede a Washington el poder político y se le cortan las alas a Montesinos, quien estaba en camino de convertirse en la versión andina del impopular doble agente Manuel Antonio Noriega, Cara e" Piña.
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" Fuente Artículo

Gestión Pública Peruana

1 comentario:

  1. Armas como luces de navidad

    No es raro el vasto conjunto de operaciones encubiertas de la CIA en america latina de contrabando de drogas y armas. Como por ejemplo las negociaciones con Montesinos para cambiar drogas por armas.

    Cuyo único objetivo es vender armas que son fasiles de detectar por los EEUU; eso explica porque que siempre saben donde esta el enemigo desde grandes distancias.

    No son mejores soldados, solo tienen la ventaja de la tecnología.

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