Información: Corrupción Fortalecida - 06/12/2011 13:38:28
" Han transcurrido ya 120 días desde que empezó la presidencia de Ollanta Humala. Y como sucede en los países que tienen pendiente la construcción de ciudadanía, la evaluación de analistas y periodistas se ha limitado a la economía. Sigue los lineamientos, dicen unos; respeta los fundamentos, afirman otros. Pero la mayoría olvida que el crecimiento económico no necesariamente significa desarrollo, y que la ausencia de ciudadanía puede convertir al ingreso de divisas en una maldición, por la presencia de la corrupción.Desde este punto de vista, es necesario precisar el contexto, para así evaluar al Gobierno del presidente Humala con rigor. Éste llegó al poder diferenciándose de su adversaria, Keiko Fujimori, por las banderas distinguidas de lucha contra la corrupción. Honestidad que hace la diferencia, era la frase que acompañaba al candidato Humala en cuanto panel había por la ciudad. El recuerdo de Alberto Fujimori y lo nefasto de su gobierno se avivaba con el planteamiento concreto de Ollanta Humala de hacerle frente a los corruptos. Y vaya que la estrategia funcionó. Ya antes había tenido éxito al marcar la línea entre las candidatas Lourdes Flores y Susana Villarán frente a Alexander Kouri por la Alcaldía de Lima.
De manera que lo justo es evaluar al Gobierno del presidente Humala por lo que ha hecho en estos primeros cuatro meses en materia de lucha contra la corrupción. Y es allí donde vemos una notoria falta de compromiso con lo ofrecido. Y es allí donde notamos que el Gobierno no tiene mayor interés en hacer respetar una de las banderas que lo llevó al poder.
Desde un principio el presidente Humala dio señales equívocas. La primera, el nombramiento de su asesor, el abogado Roy Gates, defensor del cuestionadísimo personaje aprista Rómulo León. Posteriormente, casi en paralelo, la gira de Alexis Humala por Rusia, en una serie de citas aún no aclaradas, pero que ante el escándalo fue rápidamente apagada por un efectivo blindaje fortalecido por la comprensión social que se brinda en todo inicio de gobierno.
Pero luego las malas señales se fueron haciendo más notorias. No se dio apoyo político a Javier Diez Canseco para que presidiera la comisión investigadora del Gobierno de Alan García. Intuyo, por los recursos manejados, que el segundo gobierno de García es el más corrupto de nuestra historia en un régimen democrático. Obras inconclusas, licitaciones amañadas, decretos de urgencia abusivos, compras innecesarias, refacciones sobrevaloradas, emergencias logísticas sobre fenómenos naturales inexistentes, son algunos de los cuestionamientos que se hacen al gobierno anterior. Seguramente llevado por una falta de coraje político, el Gobierno decidió no apoyar con solidez al congresista Diez Canseco, con lo cual la comisión congresal nace literalmente disminuida y sin peso específico.
Pero en estos días, uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la forma como el Gobierno del presidente Humala encara asuntos controversiales de su entorno de colaboradores más estrecho. En tan solo dos semanas se han evidenciado conflictos de intereses en el ministro de Comercio, en el ministro de Agricultura, en la viceministra de Minas, un caso sonado de preferencia familiar en el Ministro de la Producción, todos hechos ante los cuales el Gobierno no ha reaccionado con firmeza sino más bien con cierta condescendencia. Es cierto que la insignificancia política de la oposición ayuda a que estos casos se minimicen, pero el deterioro de la imagen del Gobierno continúa, lenta pero sistemáticamente.
Lo justo es evaluar al Gobierno del presidente Humala por lo que ha hecho en estos primeros cuatro meses en materia de lucha contra la corrupción. Y es allí donde vemos una notoria falta de compromiso con lo ofrecido
Este deterioro se agrava al perder algunos ministros el sentido ético. Por ejemplo, ante una pregunta sobre los probables conflictos de intereses en su sector, el Ministro de Agricultura responde que su sueldo es muy bajo; y frente a una pregunta sobre la sanción que recibiría la viceministra de Minas, Susana Vilca, el titular del sector, Herrera Descalzi, responde que ella ya se sintió muy mal por lo acontecido, y ésa "es una sanción suficiente". Es decir, la ética por los suelos. Tanto es así que ante estas denuncias el caso Chehade, en lugar de convertirse en emblemático, se ha transformado en tragicómico, por la forma como el Gobierno lo encara. Pareciera que a éste no le interesara la institucionalidad, característica muy propia de gobiernos autoritarios.
Al momento de escribir este texto, Omar Chehade conservaba intactos sus privilegios como miembro del Ejecutivo y del Congreso. Una cortina de maniobras en ambos poderes permite que se burle del país, a pesar de haberse evidenciado contradicciones que demostrarían un gravísimo comportamiento. Pero no pasa nada. El olvido por agotamiento mediático y una sociedad a la que, pareciera, le encanta convivir con individuos cuestionados, así lo permite.
Si se pensaba que el Gobierno de Ollanta Humala representaba una gran transformación e iba a luchar contra la corrupción, es evidente que estamos enfrentando un desengaño. Lo que hay es una gran confirmación de que la corrupción, gracias a este Gobierno, tiene aún sus capacidades y complicidades intactas. Y de repente hasta saldrá fortalecida.
*Juan Sheput es dirigente de Perú Posible.
Artículo publicado en la revista de Ideele No. 214 del mes de Noviembre del 2011
Ver artículo...
" Fuente Artículo
Que opina? EL VENTANAL ROTO DE KEIKO - 17/05/2011 11:24:42
" Este fin de semana, Keiko Fujimori trajo en visita de médico a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, frustrado candidato presidencial, quien ahora se presenta como experto en seguridad ciudadana.Sin duda, las intenciones de la candidata Fujimori son dos: reforzar una imagen de "respaldo internacional" (aunque no sea gratis y no aclaren cuanto cuesta la venida de Giuliani), así como el tema seguridad, una de las banderas de Fuerza 2011.
Pero la venida de Giuliani tiene algunos problemitas. Para comenzar, el plan de Fuerza 2011 es un flan en materia de seguridad ciudadana. Hace algunos meses, Gustavo Carrión, ex jefe de la Policía, indicó lo siguiente:
Fuerza 2011.- Propone mano dura contra la delincuencia, la seguridad ciudadana será el eje principal de su gestión, promoverá las brigadas vecinales con el apoyo de las fuerzas armadas, establecerá el trabajo forzado para los reincidentes, en general impulsara penas más severas para los delincuentes.
La propuesta de Keiko Fujimori, si resulta verdaderamente aterradora, además de ser eminentemente punitiva, el fetiche de "mano dura" recogido por ella, nos tiene necesariamente que llevar a decodificar esta mano dura como la vuelta de organizaciones clandestinas al estilo "grupo colina", más aún si propone militarizar la seguridad de la ciudadanía haciendo participar a las Fuerzas Armadas. Claro está, que ya cuenta con el instrumento legal, producido durante la gestión de Rafael Rey en el Ministerio de Defensa, el Decreto Legislativo 1095, que habilita la participación de las Fuerzas Armadas en asuntos de seguridad ciudadana, ya no sólo durante los regímenes de excepción, también en las épocas de normalidad, lo que evidentemente ubica la propuesta en el plano exclusivamente punitivo. A esta propuesta debe adicionarse la participación en la lista congresal, del personaje a quién muchas voces atribuyen la inspiración del supuesto Escuadrón de la Muerte en Trujillo, hecho que viene siendo investigado en esferas judiciales, pero que en todo caso, constituirían prácticas perversas, delictivas y antidemocráticas. De todas las propuestas, además de no enfrentar estructuralmente el problema de la seguridad, constituye una oferta populista, antitécnica e inviable, aumentada con la intención de recurrir a la inclusión imposible de la pena de muerte en la legislación penal nacional.
Traer a Giuliani no soluciona estos problemas, por el contrario, los enfatiza. Ayer, Jo - Marie Burt, politóloga norteamericana que ha residido varios años en nuestro país, relató su experiencia con el ex alcalde de la ciudad en la que vivió en la década de 1990:
Algunos de mis amigos y familiares lo vieron a Rudy Giuliani con buenos ojos, pues consideraron que hizo a la Gran Manzana más "vivible" con su política de "tolerancia zero" a la delincuencia. Pero yo, y muchos de mis amigos y amigas, tenía otra apreciación. Lo que yo recuerdo de Giuliani fue un alcalde intolerante, abusivo, incluso autoritario. Lo que yo recuerdo de Giuliani fue acusación tras acusación de abuso policial, maltrato a los ciudadanos, incapacidad de escuchar.
Participé en varias marchas y protestas contra su administración. Uno de los más grandes sucedió en marzo 1999, cuando un joven inmigrante de Guinea, Amadou Diallo, fue asesinado con 19 balas sí! 19 balas! por cuatro policias del condado de Nueva York "New York"s finest" ("lo mejor de Nueva York"), como solían referirse a la policía de la ciudad. Diallo no estuvo armado. Los cuatro policias que lo mataron decían que al acercarse a Diallo, metió la mano en su chaqueta y pensaron que estaba buscando una pistola, y lo mataron "en defensa propia". Dispararon 41 balas sí! 41 balas! y 19 le cayeron al cuerpo de Diallo, matándolo instantáneamente. ¿Defensa propia? Así no.
La noticia del asesinato de Diallo fue un detonante de protestas masivas contra la administración de Giuliani, quien ya había sido ampliamente criticado por su política de mano dura en el control del crímen teñida de actitudes y prácticas racistas. Un año y medio antes, otro hecho escandalizó a la ciudad y puso en relieve el lado oscuro de la política de "mano dura" de Giuliani. En agosto de 1997, un inmigrante haitiano, Abner Louima, fue detenido y llevado a la comisaría septuagésimo de Nueva York, donde fue brutalmente torturado. Los policias lo sodomizaron con un desatascador y le causaron heridas al recto y la vejiga que le costaron dos meses de internamiento en un hospital.
Las mismas críticas han sido esgrimidas en Chile, dado que el gobierno de Sebastián Piñera está evaluando contratar los servicios de la empresa de Giuliani. Hugo Guzmán, periodista de la radio de la Universidad de Chile, señala que elementos parece no considerar el gobierno chileno (lo que se aplica al caso de la señora Fujimori):
La experta Florencia Fontan, master en Derecho de la Universidad de Harvard manifestó que el formato Giuliani "parte de la premisa de que cualquier violación a la ley, sea grave o no, como orinar en la calle o atravesar fuera de los pasos de peatón, permite al policía parar al sospechoso, revisarlo e interrogarlo". Agregó en tono cuestionador que "eso sería imposible en la mayoría de los países latinoamericanos. Es inconcebible criminalizar conductas aprendidas culturalmente". Por cierto, el gobierno de la Ciudad de México le pagó hace varios años, 4 millones 300 mil dólares a Giuliani para un plan antidelincuencia…y cualquier persona medianamente informada sabe cómo anda la delincuencia en esa capital.
Esa manera de ver el combate al delito, llevó a que en Nueva York se creara la Unidad de Lucha Contra los Crímenes de la Calle, es decir, el "delito menor" y la represión contra los protagonistas de la calle. En dos años hubo 45 mil personas arrestadas como "sospechosos", 37 mil personas detenidas "sin motivo justificable" y hubo 4 mil casos abandonados por falta de pruebas. El 80% de los jóvenes negros y latinos de Nueva York fueron arrestados o cacheados al menos una vez.
Pero en nuestro país se han criticado las ideas de Giuliani. Gino Costa escribió en 2007 el libro La Ventana Rota y otras formas de luchar contra el crimen. Y si bien Costa reconoce que hay aspectos a considerar - aunque también los atribuye a William Bratton, ex jefe policial de NY -, señala que en la realidad latinoamericana, no funcionaría, dado que:
a) Las salidas meramente penales dejan de lado la formación de una cultura ciudadana, que es parte del problema de la criminalidad en nuestros países. Una solución integral a este problema no debe dejar de lado la aplicación de la ley, pero debe contar con políticas sociales y de recuperación de espacios públicos.
b) Se debe contar con información que no solo proceda de fuentes policiales, para hacer un mejor control del trabajo de la policía. Además, esta información permite establecer las causas de la criminalidad, más allá de un enfoque estrictamente represivo.
c) Las ya esgrimidas críticas de abuso policial y represión a los derechos ciudadanos.
En esa línea, hoy Carlos Basombrío destaca en su columna la Primera Encuesta Nacional Urbana de Victimización, que tiene datos como los siguientes:
Por ejemplo, que el 41% de los hogares ha sido víctima de algún delito en el último año, lo que es altísimo. Confirma, a la vez, cosas que ya sabíamos, como que la mayoría de los delitos son patrimoniales, en particular robos al paso. Rompe algunos esquemas: Trujillo no es donde la gente está más asustada (es Piura), ni la de más alta victimización (son Tacna y Huaraz).
Finalmente, ¿cómo queda en este panorama el asesor Marco Miyashiro, ex miembro del GEIN, ex jefe de la Policía y ex viceministro del Interior, que colaboró en la captura de Abimael Guzmán con un enfoque basado en la inteligencia? Pues sobre ello ni Fujimori ni su equipo han sido claros, como en muchas cosas durante esta campaña.
Ver artículo...
" Fuente Artículo
Consulte Información en GestionPublica Las clase política y Congresista Omar Chehade
Consulte Información en Delito y Corrupción Policial: Dejan suelto a abusivo y EL VENTANAL ROTO DE KEIKO
Consulte la Fuente de este Artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario