martes, 5 de enero de 2016

Pasos hacia la tributación ideal en Colombia y Lecciones para inversores que no se aprenden en la universidad

Pasos hacia la tributación ideal en Colombia 2015-12-28 15:13:22

Se debe proceder con cautela en la siguiente reforma tributaria estructural, porque en los cambios fiscales de 2012 se perdieron $24 billones de recaudo. ¿Se debe eliminar el CREE y aumentar el IVA?

La tan anhelada reforma tributaria estructural, que se viene discutiendo incluso antes de que la de finales de 2014 fuera aprobada, ya comienza a tomar forma. Durante las fiestas de Pascua la comisión de expertos por fin presentó su informe final de recomendaciones fiscales, que es el insumo que faltaba para que el Gobierno comenzara a redactar el proyecto de ley que comenzará a debatirse en marzo de 2016. Sin embargo, la iniciativa que propone un cambio de fondo en el esquema de impuestos de la Nación no es nueva, más bien tiene una larga historia dentro de las finanzas públicas.

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Lecciones para inversores que no se aprenden en la universidad 2015-12-24 10:45:42

Victor Niederhoffer fue uno los académicos y profesionales de las finanzas más reconocidos en la historia de los mercados financieros. Durante años obtuvo retornos extraordinarios, que lo convirtieron en una de las personalidades más renombradas en el sector. Sin embargo, a pesar de su enorme prestigio público durante años, sus estrategias de inversión tuvieron consecuencias desastrosas para los inversionistas.

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Hacia el pleno empleo 2015-12-18 13:30:23

Cinco Días

Una nueva política económica para España debe tener como principal prioridad aquello que más preocupa a los españoles: las elevadas tasas de desempleo (un 21,2%), la crecente precariedad laboral (más del 40% los asalariados trabaja con contratos temporales, a tiempo parcial no elegido o fuera de convenio), y el crecimiento de la pobreza (el 29,2% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social, 4,5 puntos más que en 2009).

Estos problemas no son solo consecuencia de la crisis económica. Son también el resultado de las políticas económicas de austeridad fiscal y devaluación salarial que han desarrollado el PP y el PSOE, que han conllevado dos reformas laborales, graves recortes en la financiación de servicios públicos fundamentales y la reforma del artículo 135 de la Constitución. Como ha dicho Paul Krugman, la élite política decidió en 2010 dejar de preocuparse por el paro y empezó a preocuparse por los déficits presupuestarios, con efectos verdaderamente catastróficos. Y en España esta política de recortes se ha aplicado con verdadero entusiasmo.

Reivindicar los elementos positivos de la actual Constitución exige honrar su artículo 40, donde se establece la obligación de aplicar una "política orientada al pleno empleo". Pero para que se cree empleo es necesario que haya actividad económica, y por eso el primer elemento de esta nueva política económica debe ser abandonar definitivamente la política de austeridad fiscal. Ello permitirá reforzar el crecimiento y hacerlo menos dependiente de los factores externos que ahora lo impulsan. Es el turno de las políticas de estímulo de la demanda.

Es necesario revertir los recortes realizados (tenemos 17.000 millones menos de gasto en educación y sanidad que en 2009, y 33.000 millones menos de inversión pública) y solo nosotros nos comprometemos a hacerlo. Para ello, hemos detallado un plan concreto de inversiones, con el objeto de impulsar la creación de empleo, la transición energética, la modernización del tejido productivo, la garantía de una renta suficiente para los hogares y el reforzamiento del maltrecho Estado del Bienestar. Es absurdo pensar que con menos escuelas públicas, con menos hospitales, con menos estudiantes en la universidad, reduciendo los gastos en I+D y expulsando de nuestro país a los científicos jóvenes, con unas infraestructuras públicas más deterioradas y sin autopistas de la información, vamos a tener un mayor crecimiento económico y una sociedad con menor desigualdad. El dilema no es, como quieren hacernos creer los mensajes neoliberales del PP y Ciudadanos, si el dinero está mejor en nuestros bolsillos o en manos de un Estado derrochador

España tiene un gasto público, y especialmente un gasto social, muy por debajo de la media europea. El verdadero dilema radica en decidir si el dinero debe estar invertido en el mundo de las finanzas especulativas o en nuestras guarderías, en los centros de atención primaria, en las redes de fibra óptica, o en los centros tecnológicos que conectan a las universidades con las empresas. Y sí, para financiarlo será necesaria una reforma fiscal que aumente los ingresos públicos: contribuyendo más quienes más tienen y persiguiendo a los que eluden, o defraudan, a la Hacienda Pública.

El crecimiento económico y la lucha contra la desigualdad requieren también una política salarial que olvide la vana pretensión de ser más competitivos empobreciendo a la mayoría de los trabajadores. No es ese nuestro proyecto de país. Un objetivo fundamental de la nueva política económica debe ser mejorar sustancialmente los salarios y las condiciones de trabajo, particularmente de ese 22% de los trabajadores que, según la OIT, son pobres. Para lograr este cambio comenzaremos por elevar el salario mínimo interprofesional hasta los 950 euros al mes. Pero también es necesario que jueguen un papel destacado los sindicatos y las organizaciones empresariales. Sin embargo, esto solo es posible si la negociación colectiva recupera el equilibrio que la última reforma laboral destruyó, debilitando los derechos de los trabajadores.

Por último, una nueva política económica que tenga como objetivo el pleno empleo, además de derogar las dos últimas reformas laborales, debe promover un nuevo modelo de relaciones laborales que reduzca la precariedad, impulse la participación de los trabajadores en la empresa y elimine las discriminaciones de género. Desde luego, nada de esto se consigue con un contrato único que generaliza para todos los trabajadores la precariedad laboral y la reducción de las indemnizaciones por despido.

La evidencia desmiente la idea de que las naciones con un elevado grado de igualdad y bienestar social tienen menores tasas de crecimiento económico. Podemos hacerlo, otros países lo han hecho mucho antes que nosotros y tienen niveles de vida y de protección social mucho más elevados, y un desempleo muy inferior. Pero para ello hace falta voluntad política: algo que a nosotros no nos faltará.

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Nacho Álvarez es responsable de economía de Podemos.

Recuperar el Estado del Bienestar @nachoalvarez_ en @elpais_espana 2015-12-18 09:30:56

El País

Podemos se presenta a las elecciones generales con una ambiciosa propuesta de cambio en materia de política económica. Las nuevas prioridades que demanda la ciudadanía española son la creación de empleo decente y con derechos; la reversión de los recortes en el Estado de Bienestar; la promoción de políticas activas contra la pobreza y la desigualdad, como nuestro plan de Renta Garantizada; la igualdad entre mujeres y hombres; y la transición energética, punta de lanza de una profunda transformación de nuestro modelo productivo hacia una economía descarbonizada.

Para impulsar estas prioridades hemos presentado un programa de actuaciones detallado y coherente, con el objetivo de aplicarlo desde el primer día. Por ello, y a diferencia del resto de fuerzas políticas, hemos acompañado este programa con una pormenorizada Memoria Económica.

El principal elemento que da coherencia a todas nuestras propuestas es la determinación de poner fin a las políticas de austeridad y devaluación salarial que han aplicado los gobiernos del PSOE y del PP desde 2010. Para nosotros, esto significa dos cosas: revertir los recortes sufridos en la inversión pública y en los servicios públicos fundamentales (educación, sanidad, dependencia); y abandonar el "fetichismo del déficit", que consiste en condicionar –sin justificación económica– toda la política presupuestaria a la consecución dogmática de un objetivo concreto de déficit público, sacrificando en ese altar cualquier otro objetivo de política económica.

Con una tasa de paro superior al 20%, el principal objetivo del nuevo Gobierno debe ser reducir dicha tasa rápidamente. Por eso, nuestra política presupuestaria estará centrada, en primer lugar, en la creación empleo. Esto significa apostar por que la actividad económica crezca lo suficiente y desarrollar programas con un impacto directo en el empleo, como la promoción de servicios e infraestructuras sociales que, ahora, no cubren necesidades mínimas para gran parte de la población.

En segundo lugar, asumimos un claro compromiso con el Estado del Bienestar: en los dos primeros años de legislatura, el gasto en educación y sanidad volverá a situarse en los niveles anteriores a 2010, para continuar en los dos siguientes convergiendo hacia los niveles de gasto por habitante de la UE15.

En tercer lugar, creemos que es necesaria una política de inversiones públicas que, junto a otras políticas de oferta, incentive un modelo productivo más inclusivo, de más calidad, y también más sostenible. Por ello, proponemos un Plan de Transición Energética que nos haga menos dependientes de las importaciones de tecnología, capital y energía, y que al mismo tiempo contribuye a una fuerte reducción en las emisiones de CO2.

La Memoria Económica que hemos presentado demuestra que estas políticas pueden financiarse, y que son perfectamente compatibles con la estabilidad presupuestaria. Los recursos necesarios vendrán de una reforma fiscal progresiva, en la que los ciudadanos y empresas con más capacidad económica aumentarán de forma solidaria su contribución a la sostenibilidad de los servicios públicos; del incremento de recaudación asociado al propio crecimiento económico que nuestra propuesta favorecerá; y de un nuevo calendario de reducción del déficit, más realista y compatible con los objetivos de creación de empleo. La justificación más importante para esta ralentización en el ritmo de reducción del déficit es precisamente la excepcionalidad que supone una tasa de paro superior al 20%.

Este escenario, insistimos, no supone ningún riesgo para las finanzas públicas, y de hecho iría acompañado por una reducción del peso de la deuda pública en el PIB. Es posible lograrlo con más crecimiento, y no con menos Estado del Bienestar como ha pretendido hacerlo el Partido Popular. Lo que realmente pone en peligro la estabilidad presupuestaria es la combinación de rebajas fiscales que desarman la capacidad de financiar los servicios públicos y reformas laborales que, con el objetivo de bajar los salarios e incrementar las bonificaciones a las empresas, reducen la productividad, aumentan la precariedad y reducen los ingresos de la seguridad social y la capacidad de gasto de las familias.

Las políticas de austeridad ya se han ensayado sin éxito. A pesar del coste social de los recortes aplicados en los últimos años, seguimos teniendo uno de los mayores déficits de la eurozona. Por eso, no se entiende que la Comisión Europea irrumpa en la campaña electoral insistiendo en esas mismas políticas fracasadas: nuevos recortes y una vuelta de tuerca en la reforma laboral.

En este sentido, es importante señalar que las recomendaciones de Bruselas no provienen de una Corte de justicia ni son el dictado inapelable de un organismo "técnico": son la manifestación de una opción política. España debe corregir los desequilibrios económicos a los que se enfrenta (el más importante, el paro) y asegurar su estabilidad presupuestaria, pero el camino que propone la Comisión ni es el único, ni es el que interesa a la mayoría, ni se ha demostrado exitoso.

Por eso, a pocos días de unas elecciones transcendentales, debemos reivindicar nuestra soberanía democrática. El cambio es posible, y nadie puede afirmar –como hacen algunos partidarios de que todo siga igual– que antes de abrir las urnas ya está predeterminada la política económica que deberá aplicar el nuevo gobierno. Defendamos la democracia, también en la economía.

No puede haber ninguna duda de cuáles son las alternativas. Las subastas de impuestos a la baja que están practicando el Partido Popular y Ciudadanos, junto a su compromiso con una senda de drástica reducción del déficit y el mantenimiento del artículo 135 de la Constitución, equivaldrán en el futuro a nuevos recortes y menos empleo. La única garantía contra esos recortes es una clara mayoría ciudadana a favor del cambio que representa Podemos.

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Nacho Álvarez es secretario de Economía de Podemos

Essalud: "Vemos con preocupación sostenibilidad financiera" 2015-05-22 08:13:00

Estudio de OIT proyectó que las finanzas de Essalud serían negativas de prolongarse los descuentos a las gratificaciones más allá del 2015. Fuente

Premier Cateriano: elevar el salario m
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Bellas y Modelos

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