Información: "NUEVA IZQUIERDA" O "PROGRESISTAS", ¿ CUÁL ES LA VERDAD? - 13/01/2014 17:34:18
" ¿Rigor analítico y propositivo o progresismo débil y errático? La señora Isabel Rauber ha escrito un artículo (Gobiernos populares de Latinoamérica ¿transición o reciclaje?) publicado en ARGENPRESS el 3/1/14 y en ACTA, Agencia de Noticias de la CTA el 2/1/14, donde comienza por referirse a una nota de Eduardo Gudynas (Izquierda y progresismo: la gran divergencia) publicado en ALAI, América Latina en Movimiento el 24/12/13, y después reflexiona sobre las problemáticas sociales actuales.La parte en que se refiere a la nota de Gudynas critica a éste porque para calificar a algunos gobiernos de la región latinoamericana emplea la expresión "nueva izquierda" y luego los "subclasifica" -escribe Rauber- como "progresistas".
La autora le reprocha a Gudynas no definir claramente qué entiende por "nueva izquierda", "izquierda clásica" y "progresismo".
Es posible que Gudynas, en su corta nota, haya dado por sobreentendido lo que supone que todo (o casi todo) el mundo sabe: que se denomina "nueva izquierda" a los movimientos o líneas de pensamiento que proponen la revisión de los planteamientos marxistas (los neo y postmarxistas). Que "izquierda clásica" hace referencia a quienes defienden la plena actualidad del marxismo, en cuanto método de análisis y conocimiento y como la crítica más elaborada y completa del sistema capitalista, basado éste en la propiedad privada de los instrumentos y medios de producción y de cambio y en la explotación del trabajo humano y que postula la necesidad de su abolición para sustituirlo por un sistema socialista de propiedad colectiva de dichos instrumentos y medios de producción y de cambio.
"Progresista" para Gudynas, en el contexto de su artículo, sería la consecuencia necesaria del neoizquierdismo. Y consistiría en el abandono de la perspectiva socialista contenida en la "izquierda clásica" para quedarse, en el mejor de los casos, en reformas dentro del sistema capitalista con alguna política redistributiva generalmente por vía asistencial, que, como la experiencia indica, tiene las patas cortas y no tarda en revertirse. Los Gobiernos latinoamericanos llamados "progresistas" o "socialistas del Siglo XXI", serían, según Gudynas, ejemplo de esto último. El título de su artículo es bastante explícito: Izquierda y progresismo: la gran divergencia (subrayo "gran divergencia"). La moral que se desprende de la nota de Gudynas es que sin los instrumentos teóricos y la voluntad política de lo que postuló hace algunos decenios en la región la llamada "izquierda clásica" , los límites de las experiencias "progresistas" latinoamericanas actuales (entre las que encuentra "diferencias notables") son, por lo menos, bastante estrechos.
La señora Rauber, en su ejercicio de demolición de la nota de Gudynas (a quien, entre otras cosas, acusa de escribir en forma confusa) incluso le imputa elogiar al CIDH, sigla que corresponde a la Comisión y a la Corte Interamericanas de Derechos Humanas. En el artículo de Gudynas, no encontré mención alguna al CIDH.
Por cierto, no es suficiente leer el artículo de la señora Rauber para saber qué escribió y quiso decir Gudynas. Es necesario leer el artículo de Gudynas para conocer las ideas que éste expresó en el mismo. El artículo de Gudynas puede encontrarse en ALAI, América Latina en Movimiento del 24/12/13. Pero no es mi propósito hacerme el abogado de Gudynas sino comentar brevemente algunas de las ideas expuestas por la señora Rauber en su artículo.
No cabe menos que compartir lo que sostiene la señora Rauber en el sentido de que el camino de los cambios sociales a los que aspiran las mayorías es complicado, lleno de obstáculos y de algunos interrogantes no resueltos.
Comenzaré por citar textualmente algunos párrafos de su artículo, que he agrupado en dos temas: 1) la teoría y el método y 2) la crítica del sistema capitalista y las perspectivas de un cambio social radical.
1. Sobre la teoría y el método escribe la señora Rauber:
"Analizar con parámetros de ayer la realidad del presente es fuente segura de errores".
"El autor [Gudynas] presenta sus enfoques aún atrapado por los límites del pensamiento lineal fragmentario propio del siglo XX"
"Recuperar la dimensión analítica y sistémica de la categoría "modo de producción""
"En relación con esto, está claro que los caminos de la transición hacia la nueva sociedad y el nuevo mundo cuyo horizonte se redefine y abre con la llegada de estos gobiernos de la "nueva izquierda progresista" latinoamericana , ya no pueden analizarse con los lentes de una lupa del siglo XX, cuyos parámetros pertenecen a un mundo y un tiempo histórico que ya no existe".
"Es interesante notar que en el tiempo en que los posmodernistas anunciaban el fin de la totalidad y del "relato" colectivo, revive con fuerza el pensamiento científico que argumenta la concatenación universal de los fenómenos en la naturaleza y en la sociedad. Por supuesto, se trata de una totalidad nueva, profundizada y ampliada con el apoyo de la nano-sociología hasta lo macro, siempre con la mirada integradora que anuncia que lo analítico (fragmentado) es parte de un fenómeno social mayor al que se articula y que en esa articulación se define socialmente, o más exactamente, se interdefine permanentemente en procesos de interacción constante y redefiniciones mutas, cambios, saltos… Tales son las dinámicas sociales dialécticas, más precisamente identificadas ahora como tales, por la denominada "teoría de la complejidad"".
La señora Rauber, además de olvidar que, por lo menos desde Marx, se ha elaborado y escrito mucho y en profundidad sobre la categoría "modo de producción", que ahora propone "recuperar" entierra, sin mayores ceremonias, todo el pensamiento teórico y la acción práctica política, económica y social, incluidos los del siglo XX (los parámetros de ayer fuente segura de errores, límites del pensamiento lineal fragmentario propio del siglo XX, lupa del siglo XX, etc).
Niega el papel creador autónomo de la teoría (cuyas hipótesis deben, por cierto, verificarse en la práctica: unidad e interacción dialéctica de la teoría y de la práctica) olvida que sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, que éste debe estar dotado de un proyecto que motive a los oprimidos y explotados. Recuérdese la famosa frase de Marx sobre la abeja y el arquitecto: la abeja construye el panal sin haberlo concebido previamente en su cabeza, el arquitecto construye la casa habiendo ya pensado el proyecto.
La señora Rauber escribe que el pensamiento del siglo XX es lineal y fragmentario, olvidando el método dialéctico materialista que no tiene nada de fragmentario y que en el plano epistemológico propone la dialéctica de lo abstracto y lo concreto: de la experiencia sensible a la abstracción y de esta a lo concreto pensado en sus múltiples determinaciones.
(Véase Marx Introducción a la crítica de la economía política, 1857, Cap. III, El método y Grundrisse, Tomo I, Introducción, par. 3: El método de la Economia Política).
Marx también escribió sobre su método en Miseria de la Filosofía (1847), Capítulo II, La metafísica de la economía política- El método y, junto con Engels, en La sagrada familia, (1844), Capítulo V, párrafo II, El misterio de la construcción especulativa).
Metodología imprescindible no sólo en las ciencias sociales sino también en las ciencias llamadas "duras".
¿Qué nos propone en cambio la señora Rauber? Una nueva rama de la sociología: la "nano-sociología", es decir la sociología a nivel de lo infinitamente pequeño, de los átomos y las moléculas. Sin comentarios. Y la "teoría de la complejidad" que otros llaman "teoría de los sistemas complejos". Se habla también de los sistemas complejos autorregulatorios.
Serían sistemas complejos autorregulatorios los sistemas vivos que tienen la capacidad de recibir e interpretar información procedente de su interior o del medio circundante y, a partir de la misma y de sus propios requerimientos vitales, transformar su estructura y su funcionamiento dentro de ciertos límites, con el objetivo, aparentemente contradictorio, de transformarse y simultáneamente conservar su identidad. Esta característica recibe el nombre de homeostasis, autorregulación o auto ajuste: el sistema modifica sus variables de manera tal que logra alcanzar una estabilidad dinámica lo más parecida posible al estado existente antes de recibir la información. Los defensores de la perennidad de la economía de mercado dicen que el mercado capitalista es un sistema autorregulatorio: después de una crisis se autorregula, recobra su equilibrio y todo vuelve a la normalidad.
2. La crítica del sistema capitalista y las perspectivas de un cambio social radical.
La señora Rauber escribe:
…"Estas polémicas…ahora tienen lugar en la realidad de un nuevo sistema-mundo regido por la hegemonía global del capital"…
"Ser revolucionario es ser parte del proceso colectivo de cambio del mundo en sentido de justicia, equidad, paz, progreso humano, en el sentido y con el contenido que esto tiene para el horizonte revolucionario".
"Se trata de una pulseada permanente con el poder del capital en general y con los nichos de su hegemonía que están dentro de nosotros mismos".
"Reflexionar sobre esto ayudará a pensar hasta dónde un proceso de cambios sociales raizales puede avanzar dentro del capitalismo, realidad sociopolítica, económica y cultural en la que viven y se desarrollan todos los países, gobiernos y procesos del mundo, y desde la cual y en la cual también creamos, construimos los cambios y pensamos la transición".
"¿Acaso supone el autor que los que ganaron las elecciones podrían romper inmediata y tajantemente con el capitalismo? ¿Cómo?, ¿con cuáles fuerzas sociales?, ¿con cuales propuestas?, ¿reemplazándolo con qué sistema?, ¿apuntalando cuál civilización? ¿Acaso considera el autor que ya existe, prefabricado, el nuevo sistema productivo-reproductivo social que puede reemplazar al del mercado, y que solo se trataría de "aplicar" su recetario a las realidades concretas? ¿Se trata acaso de "aplicar" o de crear, construir y apostar a lo nuevo, conociéndolo en la medida que se lo va creando y construyendo? Estas son solo algunas interrogantes que pueden estimular el pensamiento colectivo acerca de estas problemáticas de fondo".
"Si se acepta que los procesos todos se desarrollarán durante bastante tiempo dentro del capitalismo, es de suponer entonces, pulseadas constantes, palmo a palmo, con el poder del capital, luchando por construir, sostener y desarrollar desde abajo otra hegemonía, popular, orientada a abrir cauces a una nueva civilización, anclada en el Buen Vivir y Convivir".
"Que estas reflexiones contribuyan a promover debates necesarios acerca de la transición hacia el mundo nuevo, alentando la búsqueda de un nuevo modo de producción y reproducción que haga posible el Buen Vivir y Convivir entre la humanidad y la naturaleza, anclado en nuevos paradigmas de bienestar, progreso, desarrollo y democracia, alimentando así un nuevo pensamiento critico revolucionario que nos convoca hoy a defender la vida atravesando los campos minados por el capital, sin entrenamiento previo".
La señora Rauber, cuando escribe que la hegemonía global del capital es de ahora, olvida que la hegemonía global del capital existe desde que existe el capital como sistema, con el paréntesis parcial y finalmente fracasado del socialismo real y olvida que la mundialización existe según algunos estudiosos desde el descubrimiento de América y la colonización y, sin duda, desde hace más de cien años con el imperialismo y con algunas particularidades que se remontan a algunos decenios que no han modificado, sino acentuado, su esencia explotadora y alienante. Sobre el estado actual de la explotación capitalista y otros temas, CEPRID me publicó el 29/12/13 "Explotación capitalista: tiempos modernos y tiempos actuales" (http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1796).
La señora Rauber pronostica que hay capitalismo para rato ("una pulseada permanente con el poder del capital", "Si se acepta que los procesos todos se desarrollarán durante bastante tiempo dentro del capitalismo").
La señora Rauber formula una serie de preguntas que deja sin respuesta. Es decir no tiene propuestas salvo un incierto futuro de "justicia, equidad, paz, progreso humano" y de "nuevos paradigmas de bienestar, progreso, desarrollo y democracia", con la terminología de un político burgués en plena campaña electoral.
No se ha ocupado la señora Rauber en su artículo ni la ha mencionado una sola vez la cuestión crucial que está planteada desde hace rato, que la profundidad de la crisis actual ha puesto al orden del día y que constituye el núcleo de un cambio social radical: la abolición de la explotación capitalista.
La señora Rauber, queriendo replicar a Gudynas, con su artículo no ha hecho otra cosa que confirmar la tesis de este último: el abandono de lo que Gudynas llama la izquierda clásica, que yo prefiero llamar la crítica marxista del capitalismo y un proyecto de sociedad socialista que implica la abolición de la explotación capitalista y la instauración de una democracia participativa sin líderes providenciales con virtudes mágicas, conduce inevitablemente al callejón sin salida de un "progresismo" que no tarda en revertirse en "regresismo".
Marx, como desde hace ya cierto tiempo lo reconocen economistas y otros pensadores de distintas especialidades y tendencias, tiene rigurosa actualidad.
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Noticia, ¿Por qué los "socialistas del siglo XXI" se parecen cada vez más a los liberales de extrema derecha? - 11/07/2013 4:07:08
"(Bolpress). Los pueblos indígenas del continente aún sufren discriminación extrema, son desplazados de sus tierras y no participan efectivamente en la toma de decisiones políticas y económicas. Los organismos internacionales están muy preocupados por la continua vulneración del derecho indígena a la consulta previa en Bolivia, donde gobierna el "primer presidente indígena" de la región.La Asamblea General de Naciones Unidas ha dedicado dos Decenios Internacionales consecutivos al análisis de la situación de los Pueblos Indígenas del mundo. En el primer decenio 1995-2004 creó el Consejo Económico y Social y el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (FPCI) con el mandato de examinar los problemas relativos al desarrollo económico y social, la cultura, el medio ambiente, la educación, la salud y los derechos humanos de los pueblos originarios.
La máxima instancia de la ONU adoptó un plan de acción para el segundo decenio 2005-2014 que busca promover la inclusión de los derechos de pueblos originarios en legislaciones internacionales, regionales y nacionales relativas a políticas de desarrollo y recursos naturales.
En 2007 la ONU aprobó la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, un instrumento complementario del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, que legitima los derechos de esos pueblos al uso y acceso a la tierra, agua, océanos y humedales, y a los beneficios generados por la explotación de recursos naturales.
La Declaración de la ONU legitima el derecho indígena a mantener y fortalecer su relación espiritual con la tierra; a controlar sus territorios y patrimonio cultural, y a adoptar planes de desarrollo coherentes con sus tradiciones y conocimientos ancestrales. Además, reafirma la necesidad de que los Estados reconozcan legalmente las tradiciones, costumbres y los sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos originarios; y que asuman la responsabilidad de restituirles los territorios y recursos confiscados, tomados u ocupados.
Pese a que una gran mayoría de países del continente son signatarios del Convenio 169 y de la Declaración sobre los Derechos Indígenas, muchos Estados vulneran el derecho a la consulta previa, reconocidos por esos instrumentos jurídicos, y además reprimen a los indígenas que se atreven a reclamar.
"Tenemos motivos para celebrar el progreso alcanzado; sin embargo no podemos conformarnos ya que aún existe una amplia brecha entre la realidad y los principios de la Declaración", admitió la alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos Navi Pillay en la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas el 9 de agosto de 2010.
Pillay afirmó que las "continuas violaciones" de los derechos indígenas en todas las regiones del mundo "merecen nuestra máxima atención y acción". Y es que "la situación ha empeorado inclusive en los Estados donde hubo mayores avances", como Bolivia y Ecuador, lamentó Bartolomé Clavero miembro del Foro Permanente de la ONU para Cuestiones Indígenas.
A Clavero le sorprendieron los cambios políticos en gobiernos de "centro derecha y centro izquierda" que empezaron a "infravalorar la presencia indígena", y en la actualidad abren los territorios indígenas a las corporaciones extranjeras en nombre del "desarrollo económico" y del "interés general". Con ese argumento, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) impulsa una Ley en Honduras que vulnera los preceptos del Convenio 169.
El eje del problema es el modelo de desarrollo imperante que antepone los intereses de las corporaciones transnacionales a los derechos humanos de los originarios. El relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas James Anaya ha documentado innumerables casos en el último año.
Muchos pueblos originarios de la región se han visto obligados a abandonar sus tierras y han perdido sus medios de subsistencia como consecuencia directa de la explotación de petróleo, gas y minerales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su profunda preocupación por la continuidad de prácticas violatorias de derechos, tales como la construcción de mega represas y la explotación de recursos naturales en territorios indígenas y afrodescendientes, poniendo en riesgo su supervivencia. ([1])
Anaya y la CIDH han emplazado a los Estados a cumplir con su obligación de consultar de buena fe a los pueblos originarios, con el fin de obtener su consentimiento previo, libre e informado antes de aprobar y ejecutar cualquier proyecto en sus territorios ancestrales. Es así que la CIDH instó al gobierno de Brasil a detener las obras de construcción de la represa hidroeléctrica de Belo Monte hasta tanto no se consulte a los indígenas que habitan el Rió Xingu.
La medida cautelar está respaldada por el derecho internacional, pero el gobierno brasileño la calificó de "injustificada y precipitada". El propio secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza recomendó a la CIDH "asesorar" a los Estados en vez de tratarlos como violadores de derechos humanos.
Insulza insinuó que la vulneración de los derechos indígenas no es tan grave como la tortura, las desapariciones forzadas u otras violaciones de derechos humanos. Estas "desafortunadas declaraciones constituirían una preocupante interferencia de un órgano político de la OEA en la autonomía e independencia del sistema interamericano de derechos humanos", criticó Amnistía Internacional (AI).
Las normas internacionales de derechos humanos debieran protegen derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales frente a las nuevas amenazas para la región, en particular los impactos de los planes de desarrollo económico. Los megaproyectos como la represa Belo Monte en Brasil o la mina Marlin en Guatemala pueden afectar profundamente los derechos humanos de personas y comunidades, argumentaron AI y decenas de organizaciones sociales del continente.
Conflictos socioambientales en Bolivia
Desde 2010 se registran innumerables conflictos socioambientales en Bolivia, protagonizados por pueblos indígenas que no se sienten representados ni beneficiados por el nuevo Estado Plurinacional. Y es que el plan de desarrollo extractivista del gobierno de Evo Morales impacta negativamente en sus sistemas económicos, sociales, culturales y ambientales.
Según el artículo 352 de la Constitución Política del Estado, la explotación de recursos naturales en territorios indígenas está sujeta a un proceso de consulta libre, previa e informada a los dueños del territorio, la cual debe ser convocada por el Estado, respetando las normas y procedimientos propios de los pueblos afectados.
Sin embargo, la política económica del gobierno de Evo Morales ha entrado en franca contradicción con los preceptos de la Constitución y de los convenios internacionales. El Ejecutivo impone proyectos de desarrollo industrial vulnerando el derecho a la consulta previa y causando graves daños ambientales en territorios indígenas y campesinos.
Por ejemplo, las comunidades del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) rechazan la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos que parte en dos a su TCO; mientras que la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) de Yacuiba está en contra de la exploración de yacimientos de petróleo en la reserva acuífera de Aguaragüe al sur del país. [2]
En 2009 los pueblos indígenas leco y mosetén del norte de La Paz denunciaron que YPFB inició actividades petroleras en su territorio sin consultar antes a sus ocupantes. Se trató del primer reclamo público, que luego desencadenó protestas en varias comunidades afectadas por la explotación de recursos naturales.
Los pueblos indígenas de la Amazonía y del Chaco comenzaron a denunciar la vulneración de su derecho a la consulta previa en el segundo semestre de 2009. El primer conflicto estalló entre mayo y julio de 2009 a raíz de la licencia concedida a Petroandina para la explotación de hidrocarburos en el norte de La Paz, en perjuicio de los pueblos mosetén, leco, tacana y chimán. [3]
En agosto de 2008 comenzaron las negociaciones con la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) que aglutina a ocho organizaciones. ([4]) La empresa negoció rápidamente con los gremios campesinos y suscribió un acuerdo, pero no pudo convencer a los grupos indígenas.
Los indígenas pidieron garantías de seguridad para sus territorios y sobre todo la titulación de TCOs pendientes. Los debates se estancaron y la empresa prefirió continuar negociando directamente con las comunidades de Tomachi, Ullapi y San Juanito, por donde pasan las líneas sísmicas, desautorizando de esta manera a sus organizaciones matrices CPILAP, OPIM y PILCOL.
El 19 de mayo de 2009, YPFB-Petroandina SAM obtuvo la licencia ambiental para iniciar trabajos de exploración en el bloque Liquimuni de 675 mil hectáreas, ubicado en Caranavi; y el 1 de julio los Ministerios de Hidrocarburos y Medio Ambiente oficializaron la licencia para el tendido de líneas sísmicas en territorios de algunas comunidades afiliadas a la OPIM y PILCOL.
El 2 de julio, el presidente de la CPILAP José Ortiz y representantes de la OPIM y PILCOL impugnaron la licencia ambiental concedida a Petroandina, alegando que el proceso de consulta fue irregular. Los dirigentes denunciaron que el Ministerio de Hidrocarburos y sus técnicos manipularon la consulta y pasaron por encima de las organizaciones locales. No brindaron información necesaria, no dieron suficiente tiempo a los dirigentes para planificar un mecanismo de consulta democrático, e inclusive falsearon acuerdos recabando firmas de niños.
Lo peor de todo fue que la petrolera dividió a las organizaciones sobornando a caciques de Covendo, Villa y San Pedro de Cogotay. Petroandina SAM "nos ha dividido orgánicamente comprando al compañero José Tupa Gonzales y a otros ex dirigentes", denunció el presidente de PILCOL Walter Pinto.
El cacique mosetén de Covendo Enrique Romero se puso de lado del Ministro de Hidrocarburos, dijo que su comunidad estaba de acuerdo "con el desarrollo del norte de La Paz", y denunció el 29 de julio que algunas ONG como el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE) "tienen intereses ocultos".
El cacique de Simay Daniel Gigasi reveló que una de las primeras consecuencias de la avanzada petrolera fue el "rompimiento de la estructura dentro de la comunidad y de la organización a nivel local, regional y la nacional". Se generalizaron sentimientos de desconfianza entre vecinos, familiares y compañeros; los dirigentes perdieron autoridad, y las organizaciones comunitarias comenzaron a debilitarse. Prueba de ello fue la creación del Consejo Regional Indígena Leco Larecaja (CRIL), una asociación paralela a la PILCOL que obtuvo muy rápido su personería jurídica.
Petroandina no cumplió ni siquiera compromisos mínimos y no atendió las mayores preocupaciones de las organizaciones indígenas, como por ejemplo la apertura de sendas, el desmonte del bosque para instalar campamentos y la invasión de extraños a su territorio. La petrolera contrató a "consultores ambientalistas" en las mismas comunidades, dizque para que vigilen las obras y cuiden los recursos naturales y ojos de agua; pero en realidad los contrató para que abran sendas. Todo fue una mentira.
El segundo conflicto fue protagonizado por pueblos indígenas guaranís y weenhayek, quienes advirtieron que no permitirán el inicio de operaciones de Petrobras y de la británica British Gas (BG) en el Chaco de Tarija mientras no se desarrollen proyectos productivos y se generen empleos locales. El pueblo weenhayek exigió 11 millones de dólares como compensación a BG Bolivia y finalmente firmó un acuerdo por 2 millones de dólares.
El director general de Gestión Socio Ambiental del Ministerio de Hidrocarburos Omar Quiroga informó que en 2007 se realizaron cinco procesos de consulta previa; cuatro en 2008 y cinco en 2009, haciendo un total de 14 procesos concluidos en tres años. Aseguró que en 2010 al menos tres comisiones de funcionarios de la Dirección General de Gestión Socio Ambiental (DGGSA) visitaron Camiri, Montegaudo y Yacuiba con el fin de concretar procesos de consulta y participación para los proyectos Sísmica 2D del Bloque Iñau, la Sísmica 3D del Bloque San Antonio y el Gasoducto de Integración Juana Azurduy.
Según la autoridad, la gestión 2010 marcó un punto alto en la labor de informar a las comunidades campesinas y tierras comunitarias de origen sobre el impacto de los proyectos de hidrocarburos o electricidad en sus territorios. Ese año se completaron siete procesos de consulta, para sumar un total de 21 procesos concluidos.
Para 2011, la DGGSA tiene planificados 12 procesos de consulta y participación, además de ocho consultas anunciadas, sumando un total de 20 procesos. "El desafío de este año es extremadamente grande, ya que con 20 procesos estaríamos prácticamente duplicando la cantidad de consultas de los cuatro años anteriores" destacó Quiroga. [5]
El gobierno "antiindígena"
Los hechos demuestran que el derecho a la consulta previa no tiene plena vigencia en Bolivia. En realidad, el propio Estado considera que la consulta previa es un obstáculo para las inversiones, y por ello ha decidido "reglamentar" ese derecho con el fin de acelerar la explotación de hidrocarburos y minerales.
Durante la declaratoria del nuevo reservorio de Aquío X-1001 en Caraparicito, Santa Cruz, el Presidente Morales dijo que ""a veces las consultas ya no son tanto para conservar el medioambiente, sino son un chantaje y hasta una extorsión a las empresas, al Estado o a Yacimientos".
Tiempo después, Morales criticó a "algunas ONG que se pronuncian por una "Amazonía sin petróleo, lo que quiere decir que no habrá gas ni petróleo para los bolivianos. ¿De qué vivirá Bolivia si algunas organizaciones dicen Amazonía sin petróleo? Están diciendo en otras palabras que el pueblo boliviano no tenga plata, que no haya IDH (impuestos), que no haya regalías".
El 14 de julio de 2010, el presidente de YPFB Carlos Villegas acusó a algunas ONGs de "asumir una actitud hostil y una postura no acorde con la realidad del país"; y el 21 de septiembre fustigó a los indígenas que reclaman "indemnizaciones y compensaciones sobredimensionadas, que en muchos casos exceden con creces la disponibilidad de la empresa".
Villegas culpó a los indígenas de la postergación de planes de inversión, y anunció que el Ministerio de Hidrocarburos elabora una disposición legal que permita que los reclamos sociales "ya no sean un obstáculo para la inversión".
El gobierno de Morales continúa negociando contratos para la explotación de hidrocarburos sin consultar a las comunidades afectadas, y comenzó a elaborar nuevas normas y reglamentos que restringen el derecho a la consulta previa, amplían las concesiones y flexibilizan las normas ambientales.
La protesta de los originarios recrudeció y alcanzó repercusión internacional luego de la emblemática marcha de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) a mediados de 2010. Pero el gobierno no escucha los reclamos y prefiere estigmatizar cualquier expresión de descontento. [6]
El Ejecutivo despliega una furiosa campaña mediática para desprestigiar al movimiento indígena e intimida a sus dirigentes. El ex prefecto oficialista del departamento de La Paz Pablo Ramos fue uno de los encargados de hacer callar al indio más rebelde, el mallku de Industrias Extractivas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) Rafael Quispe.
"Cuando empezó el (problema minero) de Corocoro, Pablo Ramos me dijo "por qué tanto reclamas por los medios de comunicación; nos sentaremos en el hotel Europa y hablaremos con el jefe (Evo Morales) para que ya no molestes sobre este tema", reveló Quispe a la Red Erbol.
De manera simultánea, el oficialismo intenta fracturar a las organizaciones repartiendo ingentes cantidades de dinero. El presidente de la CIDOB Adolfo Chávez reiteró que el Ejecutivo y YPFB compran a dirigentes para que autoricen la explotación de recursos naturales en sus territorios.
Quispe denunció que el gobierno de Morales soborna a algunos dirigentes de las organizaciones sociales con fondos de la Cooperación Española administrados por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas Campesinas y Comunidades Interculturales de Bolivia (Coincabol).
"Coincabol es un apéndice del Fondo Indígena, encabezando por el señor Freddy Condo y de ahí viene el control político", aseveró Quispe e señaló que los operadores del gobierno son los senadores Isaac Ávalos y Fidel Surco, ex dirigentes campesinos.
El diputado opositor Adrián Oliva denunció que seis días antes del frustrado gasolinazo de diciembre de 2010, la ministra de Desarrollo Rural Nemesia Achacollo entregó 1.400 millones de bolivianos al Pacto de Unidad integrado por gremios campesinos afines al MAS.
Pisotean los derechos indígenas en todo el continente
El 25 de marzo de 2011, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conoció tres casos de violación del derecho de los pueblos indígenas en una audiencia regional titulada "Jurisdicción indígena y derechos humanos". El organismo resaltó que la violación del derecho a la jurisdicción indígena, reconocido en el derecho internacional, constituye una manifestación del derecho a la autonomía de los pueblos indígenas.
El Convenio 169 establece que los pueblos indígenas tienen derecho a controlar sus instituciones y formas de vida, su derecho consuetudinario y sus métodos de control de delitos. La Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (2007) reconoce que los sistemas jurídicos indígenas son parte de su autonomía o libre determinación.
Sin embargo, las rondas campesinas del Perú, una forma de administración de justicia y solución de conflictos de familia, robo, abigeato, homicidios, contaminación ambiental, entre otros casos, han sido denunciadas ante las autoridades como delito de secuestro, usurpación de funciones u otros, habiendo más de mil autoridades ronderas y miembros de comunidades criminalizados.
Otro ataque a la jurisdicción indígena en Perú es el de la Comunidad nativa "Tres Islas", conformada por familias del pueblo Shipibo y Ese"eja en el departamento de Madre de Dios. La comunidad decidió controlar el ingreso de taladores y mineros a su territorio. Empresas transportistas respondieron presentando un hábeas corpus por libertad de tránsito.
A fines de 2010, el Ministerio de Energía y Minas de Perú adjudicó 14 nuevos lotes de potencial petrolífero en la Amazonía a transnacionales, sin tener en cuenta los criterios de los nativos, con el argumento de que la Ley de Consulta Previa no había entrado en vigor.
En Venezuela, la lucha por territorio de las comunidades Yukpa en la Sierra de Perijá ha merecido una violenta ofensiva gubernamental y de sectores ganaderos. A pesar de que el caso tuvo lugar en territorio indígena y que las dos partes involucradas han invocado el respeto a la jurisdicción indígena, establecida en la Constitución y la ley, las autoridades venezolanas han vulnerado este derecho.
Se denunció que los dirigentes del movimiento Sabino Romero, Alexander Fernández y varios de sus familiares han sido torturados y sometidos a tratos degradantes por parte de efectivos militares y policiales. El 5 de mayo, el Grupo Venezuela dentro del Parlamento Indígena de América analizó un plan de trabajo para atender las demandas puntuales de los pueblos originarios. Los recién designados presidentes y vicepresidentes de las comisiones permanentes acordaron acelerar la funcionalidad del ente que por varias razones no había sesionado antes.
El gobierno Venezolano decidió aprobar una reforma parcial del decreto presidencial 7855, que adscribió a la Vicepresidencia de la República la Comisión Nacional de Demarcación de Tierras y Hábitat Indígenas. La normativa establece que el despacho del vicepresidente Elías Jaua dirigirá el trabajo del equipo, destinado a garantizar la conservación y el reconocimiento de las formas de vida de los pueblos originarios.
Por otro lado, el 21 de abril de 2011 la CIDH solicitó al gobierno de Argentina que adopte una medida cautelar en favor de la comunidad indígena qom, para garantizar "la integridad física" de sus miembros, así como también el regreso de su cacique Félix Díaz a su hogar. (Página 12)
La intervención del organismo internacional fue requerida por la Defensoría General de la Nación y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en diciembre del año pasado, tras la represión que sufrió el pueblo originario el 23 de noviembre de 2010, cuando murieron el indígena Roberto López y el policía Heber Falcón. Los originarios fueron desalojados y reprimidos cuando se manifestaban en la ruta 86 por la recuperación de 1.300 hectáreas de territorios ancestrales.
La CIDH pidió al gobierno argentino que "adopte las medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad física" de los qom "contra posibles amenazas, agresiones u hostigamientos por miembros de la policía, de la fuerza pública u otros agentes estatales".
De otra parte, la CIDH de la OEA solicitó al gobierno de Brasil la suspensión inmediata del licenciamiento y construcción de la represa de Belo Monte, en el estado de Pará, argumentando que el proyecto podría perjudicar los derechos humanos de las comunidades de la cuenca del río Xingú.
El 1 de abril la CIDH emitió la Medida Cautelar 382/10 a favor de los indígenas de Arara de la Volta Grande do Xingu; Juruna de Paquiçamba; Juruna del ""Kilómetro 17""; Xikrin de Trincheira Bacajá; Asurini de Koatinemo; Karara
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