Felón García reconoce felonía conyugal 2015-11-29 09:09:00
Escribe: César Vásquez Bazán
Siguiendo el consejo de Henry Kissinger –sugerencia que el domingo 22 de octubre de 2006 recordáramos en este blog– el felón Alan García Pérez reconoció hoy haber mantenido "una relación con una persona de altas cualidades" y que de dicha relación "nació un niño en febrero del año 2005".
Con el fin de justificar su comportamiento, el felón instalado en el Palacio de Gobierno precisó que la relación de adulterio se produjo entre abril de 2004 y octubre de 2005, período en el cual –según García– estuvo separado de su actual esposa.
Las declaraciones del felón dejaron sin piso expresiones previas del grupo de aduladores a sueldo que lo protege desde el Congreso. Específicamente pusieron al descubierto la falta de credibilidad del congresista-mafioso Aurelio Pastor, quien calificó como "broma" las informaciones sobre el adulterio de AGP.
Pastor, uno de los elementos más corruptos al interior del club electoral garciísta, es conocido por haber sido durante la dictadura del ciudadano japonés uno de los contactos del alanismo con Montesinos. En los años de la década fujimorista Pastor estuvo al servicio de la Comisión de Fiscalización (sic) del congreso, sirviendo de puente entre el alanismo y la corrupción dictatorial.
Como ha sido informado con anterioridad, en pago por sus servicios políticos, Montesinos ordenó a la Caja de Pensiones Militar-Policial la entrega a Pastor Valdivieso y a su jefe y socio político-comercial Jorge Castillo Gálvez de un inmueble propiedad de la Caja de Pensiones (véase [cavb.blogspot.com] ). Asimismo, Pastor Valdivieso fue sindicado como autor intelectual y financista del asesinato de dos militantes apristas, crimen ocurrido en el departamento de San Mártín hace algunos años.
Volviendo al caso de la felonía conyugal del actual presidente, con el reconocimiento efectuado por García los peruanos pueden formarse un cuadro que pinta de cuerpo entero al inescrupuloso presidente que tienen. Estamos ante un individuo que es capaz de comenzar ofreciendo el "cambio responsable" y el sueño de ser primera dama de la nación a una "persona de altas cualidades", relacionada con él desde hace más de una década, para terminar en una especie de continuismo neoliberal clausurando el despacho de la primera dama...
Sin embargo, la mayor felonía de García la constituye su traición al programa y a los principios apristas de tranformación social, abandono acentuado a partir del 28 de julio de 2006, fecha en que con zapatos y sin rodilleras García se unió al imperialismo, a la corrupción fujimorista y a la derecha peruana para someter una vez más al pueblo del Perú.
Y eso tampoco es broma...
© César Vásquez Bazán, 2006Todos los derechos reservadosOctubre 23, 2006
Palacio de Gobierno del Perú convertido en gigantesco burdel por orden del Gobierno de Chile a través de Pedro Lagos y Cornelio Saavedra.- Invasores llenaron de cantineras chilenas y prostitutas la Casa de Gobierno en Lima.- Lo informó el New York "H 2015-11-16 01:50:00
New York Herald7 de septiembre de 1883
Lo que realizó el Almirante Lynch
Una guerra proseguida con el objeto de arruinar al Perú –una ocupación de la Capital hecha con este fin– dieron naturalmente lugar a la falta de disciplina de parte de los vencedores, y esto a su vez dio lugar a que el nombramiento del Almirante Lynch al mando en jefe hace dos años, fuese mirado con poca simpatía por los partidarios de la "política de la ruina", porque él más que ningún otro militar o marino de Chile, según lo indiqué ya, se distingue como hombre de disciplina. He sabido, tanto por los chilenos como por los peruanos, que cuando estableció su Cuartel General en el Palacio de Lima, lo encontró transformado en un gigantesco burdel – tales eran los abusos establecidos o tolerados por sus predecesores.
Fue durante el período de aquellos, inclusive el General Don Cornelio Saavedra (actual Inspector General del ejército chileno) y particularmente durante el período del General Don Pedro Lagos, [uno de los militares más distinguidos de Chile, el que tomó Arica y que ahora tiene un mando en Santiago] que la Biblioteca quedó dispersada – que los edificios y los jardines de la Exposición fueron saqueados y que fueron cometidas las principales expoliaciones que el Capitán García y García ha enumerado en Londres, produciendo tan notable impresión en la opinión pública.
He oído hablar de pocos saqueos cometidos en tiempo del Almirante Lynch y de ninguno cometido bajo de su sanción. No obstante, ellos no han cesado todavía por completo, como lo comprueba el embarque para Chile de un botín considerable, hecho nada menos, que por un notable personaje, como lo es el señor Don Rafael Cruz, Jefe Político de Lima. Hay una excepción, respecto a los cupos.
Fuente
Anónimo. 1884. El New York "Herald" y la Guerra del Pacífico. Publicaciones hechas en el diario "La Nación" de Guayaquil. Años de 1883 y 84. Guayaquil: Imprenta de "La Nación", p. 12.
Septiembre 2, 2013
"Las hembras de Lima se abrazan con los chilenos y engendran unos cuatro o cinco mil bastardos".- "Hay algo peor que los ricos: los hambrientos de riquezas, los políticos mercantiles".- "Al ver que en poco tiempo algunos improvisaron riquezas fabul 2015-11-11 22:22:00

Mercaderes políticosManuel González-Prada
Este artículo ha sido encontrado entre los papeles del autor en la forma de un recorte impreso, en prueba de galera; pero abrigamos la certeza de que no llegó a publicarse. Lleva al pie la indicación "Lima, julio de 1915". Clausuradas La Lucha (junio de 1914) y La Protesta (octubre de 1914) por el gobierno del coronel Benavides (véase el libro de González-Prada, Bajo el oprobio) sólo La Prensa de Lima logró escapar al amordazamiento de los periódicos libres del Perú durante ese régimen militar y mantener una campaña de moderada oposición. Los caracteres tipográficos en que está compuesto el recorte de "Mercaderes políticos" nos parecen corresponder a los linotipos de La Prensa de 1915.
Alfredo González-Prada
I
La proclamación de la Independencia en 1821, cuando los realistas subyugaban la mayor parte del territorio, no pasa de una música inefable, por no decir un bluff continental. Nuestra emancipación no se debe a las frases de San Martín en Lima sino a las lanzas de Bolívar en Junín y a los fusiles de Sucre en Ayacucho. Después de 1821, los ejércitos reales dominaron dos veces en la capital. Sin embargo, esa proclamación romántica significa para nosotros un acontecimiento magno, como el ataque a la Bastilla para los franceses, como el 2 de mayo para los españoles.
Al conmemorar el 28 de julio, ocurre naturalmente la idea de ver lo realizado por nosotros durante los años de existencia libre. Se puede sintetizar en pocas líneas: hemos seguido una marcha diametralmente opuesta a la recorrida por la Naturaleza en la producción de los seres: la vida comenzó por los animales inferiores y vino a culminar en el hombre; nuestra evolución política empezó con los San Martín, los Bolívar, los Sucre, y vino a parar en un Benavides.
II
Como los usurpadores temen que los usurpados les obliguen a rendir cuentas, los gobiernos se afanan por mantener inermes a las naciones. Aceptan la militarización al estilo de Prusia, rechazan la miliciación a la manera de Suiza. La idea de muchedumbres armadas les aterra. Hombres con el rifle del soldado, pero sin haber sufrido la depresión moral de los cuarteles, constituyen una fuerza amenazadora: tienen algo de una tormenta con voluntad o de una avalancha con inteligencia. Los invasores mismos, aunque hayan desbaratado ejércitos poderosos en sangrientas batallas campales, suelen vacilar ante la resistencia de la población civil. De ahí las leyes bárbaras contra los francotiradores y la destrucción de las ciudades hostiles.
La liberación de un territorio por medio de la guerra puede originar la tiranía: el libertador, elevándose a la categoría de ídolo nacional, sufre el mareo de la ambición y sueña más de una vez en arroparse con el manto de César. Para las clases privilegiadas, el advenimiento del cesarismo no implica una amenaza; por el contrario, ellas miran en la implantación del régimen militar un freno a los amagos de reivindicaciones populares y una seguridad en el usufructo de los privilegios.
Pero esa misma liberación del territorio suele ocasionar el encumbramiento de las muchedumbres, quiere decir, una victoria de la democracia. Cuando un pueblo comienza por arrollar al extranjero, adquiere conciencia de su poder y fácilmente concluye por hacer justicia de sus opresores. Quien posee la fuerza realiza el derecho, "quien tiene hierro tiene pan" (1).
Los ricos ven muchas veces menos daño en la victoria rápida del invasor que en el triunfo lento y gravoso de la causa nacional. Una batalla cuesta vidas; una resistencia de meses y años cuesta no sólo vidas, sino destrucción de las propiedades, pérdida del crédito. A la salvación de la patria, los burgueses acaudalados y los aristócratas prefieren la conservación de sus casas, de sus haciendas y de sus privilegios. Más le duele al rico perder su dinero que al pobre derramar su sangre.
La posesión de la riqueza origina el mismo estado psicológico en los poseedores, sea cual fuere su nacionalidad, resultando más analogía entre un mandarín y un landowner [hacendado] que entre el mismo landowner [hacendado] y un proletario inglés. Los ricos del mundo entero pertenecen a una sola patria: El Dorado; siguen una sola bandera: el negocio; y cuando blasonan de combatir por el bien de la Humanidad o por el triunfo de una idea, sólo defienden el tanto por ciento. Imaginarse que ellos fomenten las revoluciones radicales y patrocinen de buena fe la emancipación de los obreros es acariciar un sueño romántico y respirar el aire de otro planeta. Clases explotadoras favoreciendo a clases explotadas se igualarían con un absurdo biológico, estómagos digiriéndose a sí mismos.
Mas hay algo peor que los ricos: los hambrientos de riquezas, los políticos mercantiles o mercaderes políticos. Cuando esos hombres se adueñan del poder, hunden a las naciones: en la paz, con las finanzas; en las luchas internacionales, con los tratados. El Perú (la Cartago sin Aníbal) nos ofrece un ejemplo.
III
Nuestros mercaderes políticos dilapidaron los bienes nacionales y convirtieron al Montecristo de Sudamérica en el mendigo de las bolsas europeas. Durante muchos años toda la ciencia infusa de los hacendistas criollos se redujo a saldar el déficit con préstamos concedidos por los consignatarios, préstamos que eran el mismo dinero fiscal dado con interés subido. Nuestra historia financiera (si por finanzas se entiende el pedir dinero para malversarle y no pagarle) se halla escrita en los libros de corredores y banqueros, más o menos judíos: ahí, en el haber, consta el precio de las conciencias nacionales. Nada o muy poco se benefició el país con el guano y el salitre. Según Billinghurst, la explotación de las guaneras desde 1841 hasta 1879, produjo cerca de ochocientos millones de soles; y de esa suma, solamente diez y ocho a veinte millones fueron invertidos en obras públicas. La riqueza nos sirvió de elemento corruptor, no de progreso material. La venta del guano, la celebración de los empréstitos, la construcción de ferrocarriles, la emisión de los billetes y la expropiación de las salitreras dan margen a los más escandalosos gatuperios. Los contratos con Dreyfus, Meiggs y Grace equivalieron a la celebración de grandes ferias donde figuraron como artículos de venta y cambalache, los diarios, los presidentes de la República, los Tribunales de Justicia, las Cámaras, los ministros de Estado, los cónsules y demás funcionarios públicos. Al ver que en pocos meses y hasta en pocos días algunos improvisaron riquezas fabulosas, cunde en todas las clases sociales el morboso deseo de enriquecerse: crece una verdadera neurosis metálica. Ningún medio de adquirir parece ilícito. Las gentes se habrían arrojado a un albañal, si en el fondo hubieran divisado un sol de oro. Los maridos venden a sus mujeres, los padres, a sus hijas, los hermanos a sus hermanas, etc. Meiggs tiene un serrallo en las clases dirigentes de Lima. No le faltan ni los eunucos.
Cegadas hoy las principales fuentes de la riqueza nacional y cerrado el ciclo de las vastas operaciones financieras, solamente quedan los negocios de menor cuantía, los mercados de poca monta, las sisas de cocinera, algo así como las sobras del festín, los desmenuzos del pastel, las raspaduras de la olla. A la dentellada de los grandes paquidermos sucede el mordisco de los pequeños roedores.
Algunos europeos se figuran que los latinoamericanos vivimos en una serie interminable de luchas heroicas por la libertad y el derecho. Otros se imaginan que sufrimos continuamente la opresión de bárbaros tan bárbaros como los emperadores de la decadencia romana. Salvo una que otra fiera guarecida en el Palacio de Gobierno, el Perú no ha contado sino mercaderes con espada o frac. Asaltar la presidencia pareció a los Benavides y congéneres medio más seguro de obtener dinero que terciarse un rifle y salir a los caminos. Verdad, tenemos un Chinchao, un Tebes, dos Santa Catalina, un Guayabo, un Pazul, un Napo, etc.; pero en nuestras contiendas civiles, más que brazos repartiendo la muerte, fuimos dedos arañándonos en el fondo de un saco.
IV
Si gracias a los políticos mercantiles nuestra vida normal se resume en el despilfarro y la bancarrota ¿se condensa en algo mejor durante las conflagraciones internacionales? Olvidemos Ingavi y el Portete, recordemos vergüenzas más cercanas.
En la guerra con Chile no imitamos a los holandeses de 1673 ni a los rusos de 1812: estábamos lejos de los hombres que anegaban territorios para cerrar el paso a los ejércitos de Luis XIV, de los que talaban campos y quemaban ciudades para matar de hambre y frío a las huestes de Napoleón. Los militares, los eternos succionadores de los jugos nacionales, los obligados a defender el país, ofrecen el mal ejemplo. ¿Qué hacen algunos de los jefes enviados al Sur para organizar la victoria? Hurtan los fondos destinados a la tropa, juegan, beben y agotan en brazos de mujerzuelas el vigor que deberían gastar en los campos de batalla. La responsabilidad inmensa no les modifica: permanecen los mismos, los que antes de la guerra vivían enriqueciéndose con plazas supuestas en los batallones, aprendiendo Táctica y Estrategia en las antesalas de los presidentes, ganando ascensos merced a la protección de faldas libidinosas, haciendo grotescas sediciones pretorianas y no sabiendo ni sostener a los amos, pues se dejaban derrotar por desordenados pelotones de montoneros. Así desaparecieron, con todos sus generales y todos sus coroneles, los "formidables ejércitos" de Echenique, Pezet, Prado y Cáceres.
Chile encuentra allanado el camino a la victoria y la conquista. El ejército peruano (si ejército se llama la aglomeración de indios semiconscientes arreados por jefes moralmente inferiores a ellos) no resiste el empuje de los batallones chilenos. Tampoco resiste la reserva o milicia compuesta de unidades intelectualmente superiores a los individuos de tropa. La ruina se consuma: todo se desploma en la sangre y el fango, a pesar de los heroísmos individuales y colectivos, porque si existen un Grau y un Bolognesi, no faltan indiadas que al rifle chileno oponen la honda y el rejón.
Que el país, sin buenos soldados ni guardias nacionales bien organizadas, estuviese a merced del enemigo tradicional, les importaba muy poco a nuestros mercaderes políticos. Sabían que, hundido el Perú, ellos salvarían del naufragio y saldrían a flote, con el talego en la mano. Si no ¿cuál de ellos muere en el campo de batalla? Los ajenos al peculado, los limpios de toda mancha, los puros, los inocentes en fin, ésos sirven de víctimas expiatorias, ésos escuchan la voz de llamada y caen bajo las balas chilenas. Cuando los políticos mercantiles no huyeron a tierras lejanas, llevándose el cofre de Harpagón, se quedaron para infundir el desaliento, desertarse de los reductos, sostener la conveniencia de la paz a todo trance, conglomerarse alrededor de Iglesias, defender el pacto de Montán y concluir el tratado de Ancón. Se quedaron también para vivir en relaciones íntimas con los incendiarios de Chorrillos y repasadores de los reservistas heridos en Miraflores.
¿Hay algo tan oprobioso y nauseabundo como la actitud de Lima durante la ocupación chilena? Aquí no sopla una sola ráfaga del orgullo paraguayo; y se concibe: los envilecidos con la lluvia de oro no podían ennoblecerse con la derrota y la opresión. Se patentiza la acción deprimente de los mercaderes políticos. Hombres –y no del pueblo– estrechan la mano de los invasores, les sirven de satélites, empleados sumisos, espías, alguaciles, delatores, consejeros en la imposición de los cupos. Jóvenes decentesles pilotean en las casas de prostitución, cuando no les ofrecen en la familia propia lo que se vende en los prostíbulos. Mujeres de todo linaje les prodigan entrañables y fecundas manifestaciones de cariño. Mientras el Perú sufre una crucifixión y sangra de Norte a Sur, las hembras de la capital se abrazan con los chilenos y engendran unos cuatro o cinco mil bastardos. Siguiendo el instinto del sexo, prefieren el vencedor al vencido, el valiente al cobarde. Merecen disculpa.
En esto se resume la obra de nuestros mercaderes políticos.
Notas
(1) Blanqui
Fuente
González-Prada, Manuel. 1986. Propaganda y ataque, en Obras, Tomo II, Volumen 4, Lima: Ediciones Copé, páginas 169-175.
El entreguista Tratado de Lima del 3 de junio de 1929 por el cual el dictador Leguía reconoció la soberanía del enemigo chileno en Arica y parte de Tacna.- El robo de un pueblo no prescribe nunca 2015-11-07 17:22:00
Escribe: César Vásquez Bazán
El departamento peruano de Tarapacá, desde noviembre de 1879, y las provincias peruanas de Arica y parte de Tacna, desde junio de 1880, son ocupadas militarmente por el enemigo chileno en lo que constituye una usupación de 59 mil kilómetros cuadrados de territorio (aproximadamente la extensión del departamento de Arequipa).
El enemigo chileno se ha proclamado soberano en esas circunscripciones y ha fundamentado su posición levantando la validez del "derecho de conquista", tras haber vencido en la Guerra del Salitre, a pesar de saber que en América del Sur jamás se reconoció semejante derecho.
El enemigo chileno sostiene que el Perú entregó voluntariamente ambas circunscripciones a través de los Tratados de Ancón y de Lima. Lo que calla el enemigo chileno es que el Tratado de Ancón fue firmado por el traidor Miguel Iglesias Pino de Arce, títere de Chile y presidente del protectorado promovido, organizado, financiado, dirigido y controlado por las fuerzas extranjeras de ocupación. Violando la Constitución del Perú que indicaba que el territorio de la Nación era inalienable, el Tratado de Ancón fue aprobado al caballazo por una autodenominada "Asamblea Constituyente", cuyo nombramiento fue digitado por el enemigo chileno, sin que se permitiese en esa Asamblea la participación de representantes de Tacna, Arica y Tarapacá.
El dictador Augusto B. Leguía, a su turno, violó la Constitución de 1920, vigente en 1929, que en su artículo segundo estableció la intangibilidad del territorio peruano. La Constitución prescribió que la Nación no podía "celebrar pacto que se oponga a su independencia o integridad o que afecte de algún modo su soberanía". Haciendo caso omiso de dicha norma, tras once meses de conversaciones estrictamente personales con el representante del Gobierno de Chile, tratativas llevadas a cabo en el Palacio de Gobierno de Lima, Augusto B. Leguía entregó al enemigo chileno Arica y parte de Tacna. El 3 de junio de 1929, formalizó su servilismo hacia Chile haciendo suscribir a su Ministro de Relaciones Exteriores el Tratado de Lima, cumpliendo con las orientaciones de política exterior del Gobierno de Estados Unidos, al cual el dictador obedecía sin dudas ni murmuraciones. Ignorando la Constitución de 1920, Leguía hizo aprobar el regalo territorial al enemigo del Perú en un Congreso formado por representantes que manejaba a voluntad, y en el que tampoco estaban presentes representantes de las circunscripciones afectadas.
Se hace necesario recordar estos antecedentes históricos al tratar hoy qué nación debe ejercer la soberanía del llamado "Triángulo Terrestre". Participamos de la corriente de opinión que defiende que dicho "Triángulo Terrestre" forma parte del Perú no sólo porque así se desprenda del [anticonstitucional y entreguista] Tratado de Lima sino porque integra el territorio original de Tacna, históricamente componente de la Nación peruana.

El Triángulo Terrestre es el nuevo objetivo de Chile, país conocido por sus vecinos como ladrón de territorio

Puede observarse que desde el Hito número 1, la línea divisoria entre ambos países sigue la dirección suroeste (hacia abajo y hacia la izquierda) y no el sentido del paralelo geográfico, como argumenta hoy el pendenciero enemigo chileno.
El mapa fue preparado y firmado por Enrique Brieba, delegado del enemigo chileno ante la Comisión Mixta de Demarcación de Límites entre Perú y Chile (1930) y aparece como Lámina IX en su Memoria sobre los límites entre Chile y Perú de acuerdo con el tratado del 3 de junio de 1929 presentada al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Instituto Geográfico Militar de Chile, 1931.




Tratado de Lima
Este Tratado fue suscrito en la ciudad de Lima el 3 de junio de 1929.Los Instrumentos de Ratificación fueron intercambiados en la ciudad de Santiago el 28 de julio de 1929. Fueron aprobados en el Perú por Resolución No. 6626 del 2 de julio de 1929 y en Chile por la Ley No. 1110 de 28 de julio de 1929. Fue publicado en el Diario Oficial de Chile del 6 de agosto de 1929.
Los Gobiernos de las Repúblicas del Perú y de Chile, deseosos de remover toda dificultad entre ambos países y de asegurar así su amistad y buena inteligencia, han resuelto celebrar un Tratado conforme a las bases que el Presidente de los Estados Unidos de América, en ejercicio de buenos oficios solicitados por las Partes, y guiándose por los arreglos directos concertados entre ellas, ha propuesto como bases finales para resolver el problema de Tacna y Arica, y al efecto han nombrado sus Plenipotenciarios, a saber: Su Excelencia el Presidente del Perú al Excelentísimo Señor Doctor don Pedro José Rada y Gamio, su Ministro de Relaciones Exteriores, y Su Excelencia el Presidente de la República de Chile, al Excelentísimo señor don Emiliano Figueroa Larraín, su Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en el Perú; quienes después de canjear sus Plenos Poderes y encontrándolos en debida forma, han convenido en los artículos siguientes:
Artículo primero. Queda definitivamente resuelta la controversia originada por el artículo tercero del Tratado de Paz y Amistad del veinte de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, que era la única dificultad pendiente entre los Gobiernos signatarios.
Art. 2.º El territorio de Tacna y Arica será dividido en dos partes, Tacna para el Perú y Arica para Chile. La línea divisoria entre dichas dos partes y, en consecuencia, la frontera entre los dos territorios del Perú y de Chile, partirá de un punto de la costa que se denominará "Concordia", distante diez kilómetros al norte del puente del río Lluta, para seguir hacia el oriente, paralela a la vía de la sección chilena del Ferrocarril de Arica a La Paz y distante diez kilómetros de ella, con las inflexiones necesarias para utilizar, en la demarcación, los accidentes geográficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus dependencias, pasando luego por el centro de la Laguna Blanca, en forma que una de sus partes quede en el Perú y la otra en Chile. Chile cede a perpetuidad a favor del Perú, todos sus derechos sobre los Canales del Uchusuma y del Mauri, llamado también Azucarero, sin perjuicio de la soberanía que le corresponderá ejercer sobre la parte de dichos acueductos que queden en territorio chileno después de trazada la línea divisoria a que se refiere el presente artículo. Respecto de ambos Canales, Chile constituye en la parte que atraviesan su territorio, el más amplio derecho de servidumbre a perpetuidad en favor del Perú. Tal servidumbre comprende el derecho de ampliar los Canales actuales, modificar el curso de ellos y recoger todas las aguas captables en su trayecto por territorio chileno, salvo las aguas que actualmente caen al río Lluta y las que sirven a las azufreras del Tacora.
Art. 3.º La línea fronteriza a que se refiere el inciso primero del artículo segundo, será fijada y señalada en el territorio con hitos, por una comisión mixta compuesta por un miembro designado por cada uno de los Gobiernos signatarios, los que costearán, por mitad, los gastos comunes que esta operación requiera. Si se produjera algún desacuerdo en la Comisión, será resuelto con el voto dirimente de un tercer miembro designado por el Presidente de los Estados Unidos de América, cuyo fallo será inapelable.
Art. 4.º El Gobierno de Chile entregará el Gobierno del Perú, treinta días después del Canje de las Ratificaciones del presente tratado, los territorios que, según él, deben quedar en poder del Perú. Se firmará por Plenipotenciarios de las citadas Partes Contratantes, una Acta de entrega que contendrá la relación detallada de la ubicación y características definitivas de los hitos fronterizos.
Art. 5.º Para el servicio del Perú el Gobierno de Chile construirá a su costo, dentro de los mil quinientos setenta y cinco metros de la bahía de Arica, un malecón de atraque para vapores de calado, un edificio para la agencia aduanera peruana y una estación terminal para el Ferrocarril a Tacna, establecimientos y zonas donde el comercio de tránsito del Perú gozará de la independencia propia del más amplio puerto libre.
Art. 6.º El Gobierno de Chile entregará al del Perú, simultáneamente al Canje de las Ratificaciones, seis millones de dólares, y además, sin costo alguno para éste último Gobierno, todas las obras públicas ya ejecutadas o en construcción y bienes raíces de propiedad fiscal ubicados en los territorios que, conforme al presente Tratado, quedarán bajo la soberanía peruana.
Art. 7.º Los Gobiernos del Perú y de Chile respetarán los derechos privados legalmente adquiridos en los territorios que quedan bajo sus respectivas soberanías, entre los que figura la concesión otorgada por el Gobierno del Perú a la Empresa del Ferrocarril de Arica a Tacna en mil ochocientos cincuenta y dos, conforme a la cual, dicho ferrocarril, al término del contrato, pasará a ser propiedad del Perú. Sin perjuicio de la soberanía que le corresponde ejercer, Chile constituye a perpetuidad en la parte que la línea atraviesa su territorio el derecho más amplio de servidumbre en favor del Perú.
Art. 8.º Los Gobiernos del Perú y de Chile condonarán recíprocamente toda obligación pecuniaria pendiente entre ellos ya sea que derive o no del Tratado de Ancón.
Art. 9.º Las Altas Partes Contratantes celebrarán un convenio de policía fronteriza para la seguridad pública de los respectivos territorios adyacentes a la línea divisoria. Este convenio deberá entrar en vigencia tan pronto como la provincia de Tacna pase a la soberanía del Perú.
Art. 10.º Los hijos de los peruanos nacidos en Arica, se considerarán peruanos hasta los veintiún años, edad en que podrán optar por su nacionalidad definitiva; y los hijos de chilenos nacidos en Tacna, tendrán el mismo derecho.
Art. 11.º Los Gobiernos del Perú y de Chile, para conmemorar la consolidación de sus relaciones de amistad, resuelven erigir en el Morro de Arica un monumento simbólico sobre cuyo proyecto se pondrán de acuerdo.
Art. 12.º Para el caso en que los Gobiernos del Perú y de Chile, no estuvieren de acuerdo en la interpretación que den a cada una de las diferentes disposiciones de este Tratado, y en que, a pesar de su buena voluntad, no pudiesen ponerse de acuerdo, decidirá el Presidente de los Estados Unidos de América la controversia.
Art. 13.º El presente Tratado será ratificado y sus ratificaciones serán canjeadas en Santiago tan pronto sea posible. En fe de lo cual, los infrascritos Plenipotenciarios firman y sellan el presente Tratado en doble ejemplar, en Lima, a los tres días del mes de junio de mil novecientos veintinueve.
(L.S.) Pedro José Rada y Gamio(L.S.) E. Figueroa L.
Lima, 3 de junio de 1929
Pásese al Congreso Nacional para los efectos de la atribución 18 del artículo 83 de la Constitución de la República.
Regístrese.
Protocolo Complementario del Tratado de Lima
Los Gobiernos del Perú y de Chile han acordado suscribir un Protocolo Complementario del Tratado que se firma con esta misma fecha, y sus respectivos Plenipotenciarios, debidamente autorizados, han convenido al efecto en lo siguiente:
Artículo primero. Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad al Tratado de esta misma fecha, quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán, sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales.
Art. 2.º Las facilidades de puerto que el Tratado, en su artículo quinto acuerda al Perú, consistirán en el más absoluto libre tránsito de personas, mercaderías y armamentos al territorio peruano y desde éste a través del territorio chileno. Las operaciones de embarque y desembarque se efectuarán, mientras se construyen y terminan las obras indicadas en el artículo quinto del Tratado, por el recinto del muelle del Ferrocarril de Arica a La Paz, reservado al servicio del ferrocarril de Arica a Tacna.
Art. 3.º El Morro de Arica será desartillado, y el Gobierno de Chile construirá a su costo el monumento convenido por el artículo undécimo del Tratado. El presente Protocolo forma parte integral del Tratado de esta misma fecha y, en consecuencia, será ratificado y sus ratificaciones se canjearán en Santiago de Chile tan pronto como sea posible. En fe de lo cual, los infrascritos Plenipotenciarios firman y sellan el presente Protocolo Complementario en doble ejemplar, en Lima, a los tres días del mes de junio de mil novecientos veintinueve.
(L.S.) Pedro José Rada y Gamio(L.S.) E. Figueroa L.
Lima, 3 de junio de 1929
Pásese al Congreso Nacional para los efectos de la atribución 18ª. del artículo 83 de la Constitución de la República.
Regístrese.
Acta de Canje de Ratificaciones
Los que suscriben, Conrado Ríos Gallardo, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, y César A. Elguera, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Perú, reunidos para proceder al Canje de las Ratificaciones por Su Excelencia el Presidente de la República de Chile y Su Excelencia el Presidente de la República del Perú, del Tratado para solucionar la cuestión de Tacna y Arica y del Protocolo Complementario de este mismo Tratado, suscritos entre los dos países en la ciudad de Lima, el día tres de junio de mil novecientos veintinueve; después de haber dado lectura a los respectivos Plenos Poderes y a los Instrumentos de dichas Ratificaciones, y de encontrarlos en buena y debida forma, procedieron a efectuar el debido Canje. En fe de lo cual los infrascritos Plenipotenciarios firman y sellan la presente Acta de Canje, en doble ejemplar, en Santiago, en el Salón de Honor del Palacio de la Moneda, a los ocho días del mes de julio de mil novecientos veintinueve. (L.S.) Conrado Ríos Gallardo(L.S.) César A. Elguera
Fuente: Congreso de la República del Perú
Comisión Mixta de Límites entre Perú y ChileActa Final de la Comisión Mixta de Límites con la descripción de los hitos colocados






Fuente: Congreso de la República del Perú
Ubicación del Punto Concordia












Cómo se negoció el Tratado de 1929 - Reseña de Percy Cayo sobre el libro del mismo nombre de Ernesto Yepes del Castillo





Fuente: Revista Apuntes, No. 35. Universidad del Pacífico, Lima, 1994.
Noviembre 7, 2015
Humala inaugura feria gastronómica en un patio del Palacio de Gobierno 2014-08-30 13:35:00
El presidente de Perú, Ollanta Humala, inauguró hoy la feria gastronómica "Sabor, color e inclusión: El gusto de un país biodiverso" en el patio de honor del Palacio de Gobierno de Lima.
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